Asegura Quentin Tarantino, presidente del jurado de Cannes, que la cinta de Michael Moore es la mejor
Agencias
CANNES, FRANCIA.- No hubo ningún criterio político en la elección de Fahrenheit 9/11 del estadounidense Michael Moore, que ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes, afirmaron ayer en conferencia de prensa los miembros del jurado, empezando por el norteamericano Quentin Tarantino, su presidente.
"Todos estuvimos de acuerdo en que era la mejor película" de la selección, recalcó Tarantino en conferencia de prensa en la que el jurado explicó sus opciones, una primicia en la historia del Festival.
"Yo lo había dicho de antemano, no quería que la política" ni ningún otro criterio no cinematográfico interviniera en nuestra elección. "Lo único que cuenta es la película", insistió el director.
Quentin Tarantino confirmó las declaraciones hechas la víspera por su compatriota Michael Moore, quien declaró al recibir la Palma de Oro que el Presidente del jurado le había dicho que su película fue elegida por sus cualidades cinematográficas.
"Se lo dije a Michael Moore. No recibes la Palma de Oro por razones políticas, tu película es la mejor", repitió Tarantino.
El director de Tiempos Violentos dio esta conferencia de prensa rodeado de los otros miembros del jurado: las actrices francesa Emmanuelle Béart, británica Tilda Swinton y norteamericana Kathleen Turner, el actor belga Benoit Poelvoorde, la escritora norteamericana Edwige Dantica, los directores norteamericano Jerry Schatzberg y hongkonés Tsui Hark y el crítico finlandés Peter Von Bagh.
Todos ellos reiteraron que basaron su elección en la calidad de la película, sin ninguna consideración política.
En general, buena parte de esta inédita rueda de prensa sirvió para glosar la obra premiada y evocar el grato trabajar del jurado mientras debatía "cada una" de las diecinueve cintas en competición.
"Hablábamos de cada filme y hablábamos hasta olvidar nuestros nombres. Era la única regla que nos habíamos fijado", aseguró Tarantino, quien no quiso nombrar las "dos" cintas más flojas de la selección, que también tuvieron su intenso debate.
Reiteró, en cambio, una vez más, que no fue el contenido político, pese a estar de acuerdo con él, lo que le dio la Palma de Oro a Fahrenheit 9/11, un filme anti-Bush que "no se puede limitar presentándolo como un simple documental", pues es "algo más".
"Estábamos todos de acuerdo en estimar que era el mejor filme de la competición", de un nuevo género, diferente, manifestó.
Cuando el cine "puede ser comparado a un elástico que se estira mucho, eso lleva a algo nuevo. Nuestra mente creció gracias a este filme y eso sólo se puede hacer con el cine", consideró la actriz y directora británica Tilda Swinton.
"Lo que contó fue el humor, el aspecto satírico, que hace que sea un gran filme, el haber encontrado el tono justo", afirmó Tarantino.
Un filme "verdaderamente bello", con el que Emmanuelle Béart satisfizo plenamente su deseo de "sentir cosas" cuando va al cine, y del que Tsui Hark resaltó que aborda "un drama real" y habla de "acontecimientos que ocurren hoy", de gente "que muere", cuyo humanismo "sentimos muy firmemente que debía ser apoyado".
"Lo que más nos marcó es que podíamos pasar del llanto a la risa de un minuto a otro", señaló la escritora estadounidense Edwidge Danticat, quien "aprendió" mucho de cine en Cannes.
Del premio a "una de las mejores actrices del mundo", Maggie Cheung, por su papel en "Clean", de Olivier Assayas, y del guión de "Comme une image" a Agnes Jaoui y Jean-Pierre Bacri, Tarantino recordó que "fueron los más fáciles de otorgar".
Aunque, añadió, Zhang Ziyi y Bacri hubiesen podido ser, respectivamente, mejor actriz y mejor actor.
En cualquier caso, Tilda Swinton aseveró que "ningún filme perdió, solo que otro filme ganó", lo que corroboró Benoit Poelvoorde al decir que "todo el mundo ganó ya por el mero hecho de haber sido seleccionado".
Contrariamente a lo prometido en el tradicional encuentro con la prensa, al inicio del Festival, "no pude ejercer mi venganza eligiendo un filme mediocre", porque "no había ninguno", añadió.
Le hacen justicia
Los nueve miembros del jurado del 57 Festival de Cannes glosaron ante la prensa el envidiable idilio vivido en estos días de intensos debates y el filme al que dieron la Palma de Oro, Fahrenheit 9/11, de Michael Moore.
- La experiencia de este jurado que "quiso recompensar la pasión", según su presidente, Quentin Tarantino, fue toda "una alegría".
-"Sin clanes" y "mágica", para el crítico finlandés Peter von Bagh, hasta ser "improbable que pueda volver a reproducirse".
-Llena de "respeto" y debates "democráticos", "fantástica" y "extraordinaria", para la actriz estadounidense Kathleen Turner.
-Memorable, para el director honkonguense Tsui Hark, y "una de las mejores experiencia que me ha sido dado compartir", para el estadounidense Jerry Schatzberg, quien ahora sabe que tiene "ocho amigos para el resto de sus días", pues "nos queremos todos".
-"Participé en otros jurados y lo que soñaba era tener uno como el de este año. La gente que está aquí es la más maravillosa con la que nunca estuve encerrado en mi vida", concluyó Tarantino.
-"Tuvimos cuidado de no hacer demasiadas tonterías", precisó el actor y guionista belga Benoit Poelvoorde.
-La actriz francesa Emmanuelle Béart reconoció, no obstante, que hoy, ante los periodistas, en la primera rueda de prensa que un jurado de Cannes concede tras anunciar su palmarés, "perdía un poco esa noción de libertad de expresión" de días atrás.
- Un encuentro que se tensó cuando un periodista pidió explicaciones sobre la calidad cinematográfica de la Palma de Oro, único criterio válido, según defendió siempre Tarantino. "Un filme no tiene por qué mostrar bellas imágenes, puede ser simplemente divertido", hacer reír o llorar "y eso es suficiente", dijo algo nervioso el director de Kill Bill (2004), quien se mantuvo escueto hasta el silencio cuando se preguntó por Diarios de Motocicleta, del brasileño Walter Salles, una de las favoritas. Nuestros debates fueron muy largos y no vamos a resumirlos", simplemente "no deseamos darle un premio a ese filme", dijo Turner.
-Sí comentó el jurado que, por dos votos, la Palma de Oro no fue para el finalmente Gran Premio Old Boy, de Park Chan-wook.
-Fahrenheit 9/11, que recibió el sábado por la noche el máximo galardón del Festival de Cannes, es una crítica demoledora al presidente norteamericano George W. Bush y a su política con respecto a Iraq.
-La cinta denuncia la manipulación que ejerció George W. Bush sobre la opinión pública después de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y la justificación para iniciar la guerra en Afganistán e Irak y que, según la cinta, sólo persigue intereses económicos para la familia Bush."No sé cómo demostrar mi agradecimiento. Han abierto una puerta para que el pueblo estadounidense vea la película y se entere de la verdad", dijo Moore tras recibir el premio de manos de la actriz Charlize Theron.
-La cinta, acerca de la actitud de la Casa Blanca hacia el terrorismo antes y después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, es el primer documental que gana el máximo galardón desde 1956, cuando lo obtuvo El Mundo Silencioso, de Jacques Cousteau.
-El documental acusa a la campaña de Bush de robarse las elecciones de 2000, hacer caso omiso de las advertencias acerca del terrorismo antes del 11 de septiembre y atizar los temores de más ataques para asegurarse del respaldo de los estadounidenses para la guerra en Irak.
-Hace dos años, Moore ganó un premio especial en Cannes por el documental Bowling for Columbine, que lo llevó a ganar un Oscar.
Fuente: Agencias
Tiene el festival cierre espectacular
Los fuegos artificiales que iluminaron la noche en la costa azul francesa anunciaron el gran final de la edición 57 del Festival Internacional de Cine de Cannes, que este año rindió homenaje, una vez más, a lo mejor del séptimo arte mundial.
Alanis Morissette, Natalie Cole y Sheryl Crow pusieron la cereza al pastel con un concierto realizado sobre el mar y de frente a la playa, para que el público disfrutara desde la orilla del mediterráneo de sus voces.
Los reflectores colocados a lo largo de toda la bahía apuntaban al cielo y bailaban al mismo ritmo de las piezas musicales de la película De-lovely, es decir, en una mezcla de jazz, twist y rock de los sesenta.
Poco antes, Quentin Tarantino anunció que Michael Moore obtuvo la Palma de Oro por su documental Fahrenheit 9/11, y tras los aplausos, la gente salió a disfrutar de la clausura a las calles, que se convirtió en un enorme bar que combinaba todo tipo de ritmos musicales: desde salsa y rock hasta electrónico.
La Croissete se preparó para lo última noche de fiesta y desenfreno, en la que se lleva a un escenario de baile la adrenalina provocada por diez días de cine con más de 200 películas, cuatro mil periodistas y miles de cinéfilos.
El amanecer fue sereno en Cannes. La ciudad estaba casi desierta y muy pocos se levantaron para asistir a la reprogramación de las películas de la competencia oficial. Los guardias de seguridad lucían cansados y el tránsito vehicular aledaño al Palais se abrió nuevamente.
La alfombra roja se retiró de las escalinatas y se fue a reposar a una bodega, de donde será sacada nuevamente dentro de 12 meses para volver a ser el escenario de la gala más espectacular del cine.
Ahora Cannes descansará, mientras los cineastas alrededor del mundo trabajan para preparar sus películas y regresar a la costa azul a fin de mostrar su ideas convertidas en esa fascinante mezcla de imágenes fotográficas y sonido.
Así fue la despedida del festival de cine más importante del mundo: melancólica y esperanzadora a la vez. Lo primero porque se acabaron los días más intensos de cine y lo segundo porque existe la ilusión de regresar dentro de un año y ser testigo de un espectáculo único.
Por lo pronto las películas exhibidas en estos días comenzarán a recorrer las pantallas de todo el mundo y llegarán finalmente a los espectadores, para quienes fueron hechas.
