La obra de rehabilitación del pavimento del bulevar José María Patoni, anteriormente conocido como libramiento San Ignacio, no tuvo nada que ver con el choque de frente registrado la madrugada del domingo 18 de julio donde perdió la vida una persona, aseguró ayer el director municipal de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, Miguel Ángel Reveles Pérez.
Negó que la causa del accidente automovilístico haya sido la falta de señalamientos viales para dar a conocer a los automovilistas que sólo quedaba un carril en uso, del lado sur, con circulación en doble sentido, debido a que se cerró el carril norte por la reparación de que era objeto, y atribuyó este encontronazo a que el conductor de uno de los vehículos lo hacía en estado de ebriedad.
El pasado domingo, alrededor de las 6:40 de la mañana, la camioneta Lobo conducida por Martín Díaz Ferman, de 45 años de edad, circulaba de poniente a oriente con dirección al poblado 5 de Mayo, y en sentido contrario lo hacía el taxista Daniel Martínez Rodríguez, de 34 años, con tres pasajeras, y a la altura de la entrada al fraccionamiento Eucalipto, donde empieza la circulación en un solo carril, que es hasta donde quedaron pendientes las obras de rehabilitación por ser fin de semana, se registró un encontronazo.
En el lugar del accidente comenzaba la circulación en doble sentido en el carril sur, porque el otro quedó cerrado, y solamente había dos paletas de obras públicas ofreciendo disculpas por las molestias que ocasionan los trabajos.
El taxi que venía por el carril cerrado tomó el lado norte del carril abierto, que es por donde venía la camioneta.
El parte informativo emitido por la Procuraduría General de Justicia en el Estado no hace referencia alguna a que haya habido alcohol de por medio; igualmente, el Departamento de Accidentes de la Subdirección Municipal de Vialidad consideró como causal del percance que el conductor de la camioneta invadió el carril de circulación.
Reveles Pérez resaltó que fue el grado de alcoholismo que presentaba el conductor de la camionera el factor que causó el choque, porque este estado no le permitía reaccionar, inclusive si hubiera ido por el otro lado del mismo carril.
?La obra no tiene nada qué ver; desgraciadamente, sí nos duele mucho que se pierdan vidas humanas por un accidente, pero no es por la obra; lo que allí está es una lamentable acción en la que un conductor iba muy alcoholizado?, enfatizó.
Para el funcionario público existió la señalización necesaria, y sobre todo que se les había pedido mucho a todos los conductores que transitan por aquí que lo hagan con precaución. Reconoció que todas las obras causan molestias por el periodo de su ejecución, pero no al grado de provocar accidentes.
Respecto a si era necesario poner botes con lumbre para iluminar con más facilidad la desviación de los automovilistas hacia un solo carril, dijo que esto se hace pero cuando hay zanjas y hay peligro de que pudieran irse los vehículos.
Reiteró que de acuerdo con un reporte dado a conocer en la revisión, una persona de la Cruz Roja que acudió al lugar dijo sobre el grado de alcoholismo del conductor de la camioneta que también resultó herido.
De antemano, subrayó que existe la intención de reforzar más los señalamientos viales en las obras que se ejecutan actualmente, porque nunca está por de más cualquier medida de precaución.
PERCANCE
Niegan estado de ebridad
El jefe del Departamento de Accidentes de la Subdirección Municipal de Vialidad, Francisco Dorado Núñez, confirmó ayer, vía telefónica, que no hubo alcohol de por medio en el choque de frente entre la camioneta Lobo y el taxi en el bulevar José María Patoni, que dejó un muerto y cuatro heridos, uno de gravedad.
Resaltó que la causa del accidente se dio a que uno de los conductores, el de la camioneta, invadió el carril contrario, por donde circulaba el taxi conducido por Daniel Martínez Rodríguez.