En el caso de la banda de presuntos secuestradores donde fueron señalados los hermanos Delhumeau Islas, Sergio Mauricio Hernández Espinoza y Alejandro León Muñoz, como integrantes del grupo, no hay nada prefabricado y sí hay elementos suficientes para presumir su culpabilidad, tan es así que fueron consignados, se informó en la agencia investigadora del Ministerio Público.
Juan Antonio Molina Ravelo, agente del Ministerio Público de la mesa investigadora número dos, quien estuvo a cargo de la averiguación por el caso del plagio de Job Enrique Favela Díaz, indicó que los datos e información proporcionados por el denunciante fueron verificados y todos coinciden.
?A esto se le pueden agregar las pruebas y diligencias practicadas por agentes y peritos, dijo, además de las declaraciones de familiares, reportes bancarios, antecedentes penales de Sergio y Alejandro, que fueron cotejados con la Procuraduría de Justicia de Guanajuato, entre la serie de elementos?.
En el expediente 44/2004 obra la declaración del afectado, quien pormenoriza los hechos ocurridos el 6 de agosto de 2003, cuando fue privado de su libertad por sus plagiarios a quienes dijo reconocer, tanto el vehículo en que lo llevaron a cierto un domicilio, como las voces y filiación de los cuatro.
Al respecto, el agente investigador se negó a dar detalles del caso, ya que conforme a la ley y por el periodo de instrucción en que se encuentra el proceso de los inculpados, podría incurrir en un delito.
?Lo que sí aceptó es que, como toda víctima de un delito grave, es natural que el quejoso demuestre cierto temor por su seguridad y la de sus familiares; por ello es comprensible hasta cierto punto la negativa a carearse con sus secuestradores?, enfatizó
?La defensa de los acusados está en todo su derecho de poner en tela de duda y desvirtuar las pruebas y declaraciones del ofendido, sólo que quien afirma asume la carga de la prueba, que en última instancia será valorada por el juez y no por la Procuraduría?, concluyó.
FRASE
?Lo que sí aceptó es que, como toda víctima de un delito grave, es natural que el quejoso demuestre cierto temor por su seguridad y la de sus familiares; por ello es comprensible hasta cierto punto la negativa a carearse con sus secuestradores?.
Juan Antonio Molina Ravelo,
agente del Ministerio Público