Menores tienen de uno a seis hijos
A los 16 años tomó una fuerte decisión: Olivia Mora Garibo salió de su hogar para irse a vivir con su novio de 15. A ella le pareció la mejor decisión por los problemas que tenía con su madre. Pensó que todo sería miel y dulzura. Al poco tiempo resultó embarazada y hoy es madre de una pequeña de seis meses.
Al igual que Olivia, también Lilia Janet Moreno Ayala, Araceli Canales Esparza y Daniela Rivera Montañés sintieron que sus vidas fueron truncadas, cortadas. Lilia se embarazó antes de los 15 años. Ella soñaba con una fiesta en la que su familia y sus seres queridos le festejaran llegar a la edad de las ?ilusiones?, pero no fue así.
Ella, como Olivia, dice que tomó la decisión de salirse de casa por los continuos problemas que tenía en su familia, pero esta decisión le costó un maltrato por parte de quien hoy es su pareja, aunque afirma que hoy las cosas están cambiando. Hoy, a sus 16 años, es madre de dos hijos.
Araceli y Daniela también pasaron por situaciones similares y todas ellas detuvieron sus vidas ante las expectativas que tenían de sus proyectos. Sus estudios se vieron interrumpidos. Algunas han sido apoyadas por su familia; otras no han corrido con esta suerte.
Para Daniela, hoy de 20 años, la vida tampoco ha sido sencilla. Debió interrumpir su carrera, en el tercer semestre, por su embarazo. Ya no pudo seguir y hoy, por el cuidado de su hija, no ha tenido oportunidad de continuar.
Ella y su pareja han tenido que trabajar. Él lo hace en un ?yonke? desde temprano y ella también debe emplearse. Vive en un departamento con su abuela, quien le ayuda a cuidar al bebé. Su mirada se torna triste y cuenta que hubiera deseado haber recapacitado, no de su hijo, pero hubiera querido que las cosas fueran distintas, pues llega ya en la noche, cansada, porque tanto ella como su pareja deben llevar dinero para alimentarla, para los pañales y para lo que se les demande.
El grave problema
En Durango, según el último censo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) del año 2000, solamente de madres que procrearon a un hijo hubo un total de ocho mil 159, entre mujeres ubicadas entre los 12 y 19 años de edad. El grupo de los 12 a los 14 sólo registró 70 niños nacidos vivos; sin embargo, en el mismo grupo de entre dos y seis hijos, la cifra se ubicó en dos mil 066 jóvenes.
El total de adolescentes que procrearon hijos en esta etapa de la vida fue de diez mil 225 y el Programa de Atención Integral del Embarazo en Adolescentes (Paidea), que depende del Programa de Atención a Menores y Adolescentes en Riesgo (PAMAR), del DIF Estatal, atiende a apenas 535 madres adolescentes en toda la entidad.
Los municipios que registraron mayor incidencia en cuanto a las jóvenes ubicadas entre los 12 y 19 años de edad con hijos fueron Durango, Gómez Palacio y Lerdo, según el INEGI.
La principal causa de que en estos municipios se dispare el problema de número de adolescentes con hijos es debido a su población, que es mayor al resto de la entidad.
Sólo en el municipio de Durango, en mujeres de 12 a 19 años, existieron en este censo tres mil 104 madres que procrearon entre uno y seis hijos; en Gómez Palacio la cifra está en dos mil 109 y en Lerdo se ubicó en 891.
Las cifras anteriores ubican a los tres municipios más importantes de Durango como las zonas con mayor problemática en los embarazos prematuros en jóvenes que aún no están preparadas para la maternidad. La cifra total de estos tres municipios suma seis mil 104.
Lo que alcanza a hacer el DIF Estatal
Leislé Mirlé Rodríguez López, directora del PAMAR, manifiesta que dentro del Paidea se apoya a unas 535 jóvenes que están recibiendo ayuda a través del DIF Estatal. Las jóvenes que se encuentran censadas apenas tienen un hijo.
El Paidea busca que las jóvenes adolescentes no se embaracen de nuevo, pues registran varios problemas para ello, como la minoría de edad física, que las mantiene aún con algunas restricciones para solventar la maternidad.
En segundo lugar, la juventud y la falta de experiencia implican que no haya el suficiente cuidado en los hijos que se procrean; además, las adolescentes que mantienen una relación de pareja frecuentemente no pueden sostenerla en forma sana, debido a que hay responsabilidades de adultos que aún no han procesado por la premura de las experiencias.
La escasa preparación académica o laboral es otro impedimento para hacer frente a una familia. Por lo general, los adolescentes que enfrentan una paternidad a temprana edad no tienen la suficiente preparación y las prioridades principales, cuando se es padre, apuntan en general al sustento económico del hogar y a las necesidades de los hijos.
El Paidea concentra todos sus esfuerzos en que las madres adolescentes no se embaracen de nuevo, hasta después de los 20 años, para lo que les ofrecen asesoría.
Desafortunadamente, el Paidea se ve restringido en los municipios, pues sólo algunos estiman su aplicación a través de los DIF municipales.
Dentro del Paidea se ofrece también el Modelo de Paternidad Responsable, en la línea de prevención en edad temprana, lo que implica que personal de PAMAR capacita a los jóvenes, sobre todo en escuelas secundarias y preparatorias, para que puedan conocer los efectos y causas que provoca ejercer relaciones sexuales a temprana edad.
Para tal efecto, el PAMAR realiza visitas a escuelas en donde muestra a bebés electrónicos, que se asemejan prácticamente en todo a los humanos. Deben cuidarse, tratarse bien, alimentarse cada dos o tres horas, lloran, eructan y requieren cuidados especiales.
Por lo general, los jóvenes que se quedan a cargo unas horas, o hasta un fin de semana, con los bebés electrónicos se percatan de la gran responsabilidad que es cuidar a un hijo, por lo que desisten de la idea de procrear un niño.
La desinformación
La mayoría de las adolescentes que mantuvieron relaciones sexuales a temprana edad desconocieron el uso de anticonceptivos, así como el correcto funcionamiento del aparato reproductor y prácticamente todas indican que si pudieran cambiar su vida afirman que no se hubieran embarazado.
A pesar de que aceptan una nueva vida, que crearon en su vientre durante nueve meses, si pudieran cambiar su vida, las jóvenes Olivia Mora Garibo, Lilia Janet Moreno Ayala, Araceli Canales Esparza y Daniela Rivera Montañés hubieran esperado a terminar de estudiar, prepararse y finalmente tener una pareja en forma estable, pero muchas de ellas dicen haber empezado al revés.
Algunas jóvenes explican que no tenían conocimiento del uso del preservativo o condón y tampoco su pareja. Al momento de sostener una relación sexual no tuvieron la precaución de informarse, preguntar o conocer acerca de esa responsabilidad.
Hoy son capacitadas e informadas sobre el uso de anticonceptivos. En el caso de las jóvenes parejas, utilizan el preservativo, según confesaron.
Otro problema
Otro de los problemas fundamentales que se identifica como factor desencadenante de que las adolescentes abandonen el hogar para vivir con su pareja, o para sostener relaciones sexuales en busca de afecto, cariño o aceptación, es la poca comunicación que hay en el interior de la familia.
Las jóvenes demuestran que los principales factores que propiciaron la búsqueda de afecto en su pareja fueron que tenían problemas con sus padres, que en forma general eran maltratados, mantenían negligencia, no había la suficiente comunicación y carecían de elementos para que la información fluyera en forma adecuada para que el núcleo social pudiera tomar decisiones importantes, incluso para hacer frente a las necesidades de sus hijas.
NECESIDADES
Buscan afecto
Los hijos, se permiten buscar el afecto de una joven, en general de su misma edad, para cubrir las necesidades que le faltan en su familia.
Años 1 2 3 4 5 6
12-14 70 9 2 2 0 0
15-19 8,089 1,783 222 33 5 14
FUENTE: Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática.