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No es para tanto/Actitudes

Yamil Darwich

“No es para tanto”, frase que con el mayor desparpajo pronunció Andrés Manuel López Obrador tratando de minimizar la violación a la Ley, cometida por los legisladores perredistas del Distrito Federal, al invadir la Cámara de Diputados de la Nación, en protesta por las reformas al Artículo 122 Constitucional, que suspenden privilegios para los capitalinos.

Vale la pena mencionar que son 9,000 millones de pesos que reciben del Gobierno Federal para la educación, marcando diferencia con los provincianos, que debemos enfrentar el reto de instruir a los habitantes de los distintos estados federales con los recursos asignados.

Aún más, ratificó su inconciencia al declarar: “Como dijo el filósofo: no está bien, pero tampoco está mal”, haciendo una mala alusión del personaje histórico de la cultura norteña, mostrando una sonrisa cargada de sarcasmo y burla, de franco reto a las instituciones.

Al día siguiente, la bancada del que ahora bien podemos llamar “el partido de la violencia” repitió la agresión a la Cámara de Diputados de la Nación, haciendo notar su insistente desprecio a la Ley y al orden. Mención aparte se merece el grito de batalla “¡Bejarano... Bejarano!”, sin duda un ejemplo negativo para los jóvenes en formación.

Cuando se le cuestionó sobre el hecho delictuoso, el líder capitalino, con tono sarcástico respondió a las preguntas de los periodistas, dándoles sus pronósticos sobre la serie mundial de beisbol de los E.U. de Norteamérica, haciendo saber su preferencia por el equipo de los Cardenales de San Luis Missouri, dejando estupefactos a quienes le preguntaron y a los que le vimos y oímos por los medios de comunicación.

“No es para tanto”, ha sido una frase popular mexicana que en buena parte describe nuestra postura indolente ante los eventos desafortunados, en cuestiones de faltas graves o leves, en asuntos familiares, sociales o políticos.

“No es para tanto”, ha sido una forma de justificar las pérdidas en dinero o bienes materiales que hemos padecido a través de la historia, buscando con ello minimizar el delito, la negligencia o la ineptitud.

Esa frase corta, también nos ha servido para otros fines: dimensionar la deuda familiar que expone y finalmente destruye el patrimonio de los hijos o justificar el daño a los bienes personales que algún irresponsable ocasiona contra el automóvil del conciudadano que se cruzó en su camino, por dar unos ejemplos.

¿Y qué decir de la pérdida económica ocasionada por el empleado, en una negociación realizada deficientemente, por su irresponsabilidad o franca mala intención?

Así tampoco “es para tanto” que los responsables de aprobar leyes y vigilar que se atienda el interés social y el cumplimiento de las normas, los diputados locales del Distrito Federal, ofendan a los Federales, representantes del resto de los mexicanos, burlándose de su investidura, como lo hizo Dolores Padierna y pandilleros que le acompañaron, sentándose en las curules del Presidente y Vicepresidente en franco reto y agravio; o acostándose en los escritorios, extendiendo mantas de protesta, gritando y ofendiendo como único argumento contra la razón y el orden.

Sin duda que usar las armas de la violencia y de la brutalidad, reflejan la imposibilidad de utilizar las de la educación y la razón, simple y sencillamente por no contar con ellas.

Al menos la cínica declaración de López Obrador coincide con su comportamiento anterior; cuando invadió las instalaciones de Pemex retando a la Ley y violentando los intereses de todos los mexicanos o cuando organizaba manifestaciones que trastornaban gravemente el orden de los capitalinos, a los que ahora lía en sus propósitos políticos partidistas, con premisas falsas o al menos no demostradas.

La frase “no es para tanto” ya se ha ganado un espacio entre los modismos mexicanos de la lengua española, ésos de los que nos queremos deshacer; como “espérame tantito”, “no te preocupes”, “no hay problema”, “al ratito” o “como quiera le hacemos”.

Sin duda hemos avanzado en la construcción del nuevo México que permite la libre expresión de ideas, la posibilidad de manifestarnos e inconformarnos ante lo que nos parece injusto; en pocas palabras, en el ejercicio de la libertad. Eso es muy bueno, en principio, pero también es claro que el pago tendremos que abonarlo aprendiendo, entre otras cosas, a dimensionar dónde empieza y termina ese derecho inalienable; igual deberemos reconocer cuando rebasamos las fronteras de los justo y legal sin llegar al campo del libertinaje y lo ilegal que rompen el orden social, ataca a la ecuanimidad y va contra la mejor forma, la sensata, para alcanzar los acuerdos Nacionales: el Diálogo.

Bien cabría responderle al rijoso en los mismos términos coloquiales diciéndole: “Si eso dice pan de huevo: ¿qué dirá biscocho duro?”; expresado en otra forma: Si así se comportan nuestros líderes políticos, ¿qué se puede esperar de los que tenemos menor instrucción, habilidades sociales y políticas?

Imagine usted a un primer Mandatario de la Nación Mexicana que, ante las quejas y los reclamos de sus gobernados en temas que nos competen a todos, como la inseguridad pública, servicios de agua, drenaje, luz, salud, o la pérdida del poder adquisitivo nos conteste: “No es para tanto”.

Ésta es una clara evidencia del pensar y posible actuar de los aspirantes del citado partido político, en caso de acceder al primer puesto de la nación; así como cometió el “lapsus mentis” que le llevó a expresar un sentimiento sin el tamiz de la reflexión inteligente, deberemos estar atentos a otras descuidadas declaraciones del propio López Obrador o de otros candidatos de distintos partidos políticos, que nos reflejan su verdadera manera de pensar.

Le pido que reflexione en el caso, que en mucho define a uno de los líderes del partido político que se ubica en el tercer lugar de preferencia electoral a nivel nacional, que aunque en La Laguna éste no sea de importancia estadística si ha sabido mostrar sus argumentos de discusión.

Éste es un buen ejemplo de los muchos ejercicios de reflexión que nos permitirán ejercer nuestro derecho a votar y cuidar nuestros intereses.

Lo invito a que piense y “dialogue” sobre el tema; le aseguro que el caso “Sí es para tanto”.

ydarwich@ual.mx

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