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No hagas cosas buenas.../En la terminal La Jolla: todos por su Navidad

Enrique Irazoqui

Apenas la semana pasada el alcalde Guillermo Anaya rendía ante los torreonenses su segundo informe al frente de la Administración Municipal de la ciudad, con lo que se daba por cerrado el segundo capítulo de tres de su mandato popular en la encomienda recibida por la ciudadanía aquel domingo 29 de septiembre de 2002.

Ese mismo día del informe, Anaya Llamas coronaba su evento con el anuncio de la apertura de la reconfigurada Diagonal Reforma -que precisaron hasta eso, que no ha sido terminada totalmente- y la apertura de El Canal de la Perla, túnel construido en lo que hoy es el centro de la ciudad hace un siglo originalmente con el propósito de conducir agua, y hoy restaurado con el objetivo de dotar a Torreón con un nuevo paseo turístico que engalana nuestra comunidad.

El formato del informe fue novedoso, mensaje político del carismático edil y el acompañamiento de un video que mostraba gráficamente los resultados durante su gestión. El gobernador del Estado en una postura institucional, refrendaba el clima de respeto y colaboración existente en los dos niveles de Gobierno.

En las afueras, el típico vividor que con micrófono en mano pretendía hacerse notar para ver -y no lo dude- qué beneficio obtiene, así como en los viejos tiempos.

Cerrado ya este episodio, la presente Administración tiene un reto que cada vez se complica más: la reestructuración del transporte urbano. El primer round fue contra el pulpo camionero local, que se opone a todo con tal de no ver siquiera la posibilidad de que sus intereses puedan ser afectados sin dar el chance de poderles explicar los beneficios comunes que el cambio podría traer. En segunda instancia, el rústico presidente municipal de la ciudad hermana de Matamoros pone el grito en el cielo por la posibilidad de que el transporte suburbano que viene de las poblaciones cercanas a Torreón les sea imposible como lo han hecho siempre, trasladarse hasta el centro mismo, amén del embotellamiento y caos vial que tradicionalmente se ha padecido, principalmente en el bulevar Revolución.

Tercer acto: aparecen ejidatarios provenientes del propio ejido La Joya, reclamando que las tierras donde se proyecta construir la terminal de camiones suburbanos, no les han sido liquidadas, por lo que tienen derecho a exigir una retribución por la misma y en base a una demanda de amparo pretenden impedir que la construcción se lleve a cabo.

Nos encontramos entonces en medio de esta nueva parte de la historia ahora versus los pobres campesinos. Desgraciadamente siempre hay un prietito en el arroz. Desde el inicio de este proyecto de modernización del auto transporte, se ha insistido en la necesidad de un ejercicio político de parte de las autoridades y ahí es donde se detiene el carro. El dedo inquisidor apunta ahora al secretario del Ayuntamiento Alfonso Tafoya, que recibe metralla política un día sí y el otro también. No es casualidad que las administraciones anteriores jamás hayan podido lograr una mejoría sustancial en cuanto al servicio de camiones para pasajeros locales, lo cual indica el grado de complejidad de semejante maniobra. Es donde la falta de tablas y orden exhiben al secretario Tafoya que descobija a su jefe que pretende entregar buenas cuentas a sus gobernados, -que no pierde de vista que la senaduría está apenas dentro de dos años-, la falta de capacidad de negociación está llevando las cosas a escenarios de rudeza que con saliva e inteligencia pudiesen al menos ser amainados en parte, por los menos que se lleven a niveles de tranquilidad negociadora, que abran la oportunidad para cristalizar un proyecto que beneficiaría a los usuarios del servicio y al tránsito en general.

Hay pues en este momento unos reclamantes de la tierra que casualmente surgen siete años después de finiquitado el acto de expropiación. Nadie les puede negar su derecho de petición. Lo que tampoco nadie puede negar es que cualquier cambio siempre genera algún grupo opositor al mismo, a veces los oportunistas encuentran aquí el lugar ideal para tratar de encontrar la suya. El tiempo nos dará el resultado que, para La Laguna, ojalá reditúe en un mejor transporte, para ser una mejor ciudad.

eirazoqui@elsiglodetorreon.com.mx

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