Por azares del destino no estuve pendiente al final del día para saber quién sería el triunfador de la elección presidencial en los Estados Unidos. La razón era simple; ninguna de las encuestas daba como posible ganador a John F. Kerry, hoy derrotado candidato por el Partido Demócrata, lo que demostraba y nadie se atrevía a decirlo con toda claridad, que George W. Bush sería reelecto, para desgracia de un mundo que no ha podido en más de 600 años de la época moderna, desprenderse del instinto animal que yace en el hombre de establecer la Ley de la selva, la Ley del más fuerte, la Ley de la muerte.
El titular de El Siglo de Torreón daba cuenta de, aunque cerrada la elección, todo parecía irremediable ante la inminente permanencia en el poder del hijo de papi y manos de estómago George W. Bush (todo lo que toca, lo convierte: negocios petroleros fallidos en su carrera empresarial; al frente de los Rangers de Texas cuando cabeza del equipo, con los peores números de la novena en la historia y ya de Presidente, un déficit monumental luego de haber recibido una economía boyante de manos del travieso Clinton).
Y la tristeza es natural, en todo el mundo cientos de veladoras imaginarias estaban encendidas con la esperanza que el poder de Bush terminara el próximo 20 de enero. Alrededor del orbe está claro que el texano no es más que un digno representante de la derecha cavernaria que pulula en la sociedad estadounidense. La manera de conducirse en su política exterior demuestra con claridad lo pobre del criterio del recién reelecto Presidente, quien no conocía casi nada más allá de sus fronteras antes del inicio de su gestión.
La agresión y la brutalidad con que decidió invadir Irak no tiene nombre o más bien sí tiene: fueron a Irak a robar y matar bajo argumentos que resultaron toda una falacia, pero en esta época los valores ya están perdidos y la Ley de don dinero, ése con que cuentan los gringos, es la Ley que norma todo.
Así las cosas, se han tenido resultados muy claros en cuanto a preferencias electorales se refiere. Kerry triunfó en el este de los Estados Unidos, la zona geográfica más ilustrada de la Unión Americana, la zona de los liberales, los conservadores del sur profundo, la frontera del sur y las grandes llanuras del país del tío Sam, prefirieron la extensión en el poder del Presidente que reaccionó con bravía a la hora de los terribles atentados del 9-11 del dos mil uno.
No sirvió de nada que se demostrara que las pruebas contra Hussein resultaran más falsas que un billete de tres dólares, la tristeza radica sin lugar a dudas en que la victoria de las elecciones en la unipolar superpotencia, lo fue para la ignorancia y el miedo, de un pueblo que no fue capaz de ver la realidad de las cosas más allá de sus narices y lo peor como dijo don Porfirio: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos” y efectivamente, querámoslo o no, lo que pase allende el río Bravo nos impacta de manera directa en nuestra vida diaria.
La 10k Victoria
El domingo pasado se realizó con éxito la carrera 10K Victoria. Miles de laguneros se despertaron más temprano ese día, aunque el cambio de horario facilitó un poquito las cosas, para participar de alguna manera u otra en la ocasión.
Al filo de las ocho de la mañana, cinco mil corredores con número en pecho, más una incuantificable cantidad de corredores que se quedaron fuera de registro estaban prestos a tomar la salida en la entrada de Lerdo. La meta de todos estaba en el Bosque Venustiano Carranza, en Torreón, frente al boliche.
¿Porqué es importante hablar de este tipo de eventos en la región? Porque simplemente coadyuvan a hacer de esta Comarca un mejor lugar para vivir. Un lugar donde los estándares de vida sean cada vez mayores. El esfuerzo realizado para llevar a cabo una carrera de la envergadura de la del domingo pasado no es nada fácil. Aún más, la decisión de una empresa en hacer una inversión tan cuantiosa en un acto tan loable como la incitación a la práctica deportiva, es sin lugar a dudas destacable.
En las mesas del domingo de más de cinco mil familias laguneras el tema sin duda, fue la carrera. Que si la subidita hacia el canal de Sacramento pesó mucho, que el paso por el Nazas otra vez nos hizo sentir la pendiente, la puerta del kilómetro cinco muy angosta, las energías que inyectaron los conjuntos musicales establecidos durante el recorrido de la ruta, la emoción de alcanzar la meta, etc. La realidad es que La Laguna vivió un día de fiesta y satisfacción.
Qué bueno que pasen estas cosas, qué bueno que nuestra tierra todo sea de mejor calidad y exigencia y qué bueno que los participantes obtuvieron buenos tiempos, digo, hay que esforzarse y la verdad, el escenario no dejaba lugar para otra cosa. ¡En horabuena!
eirazoqui@elsiglodetorreon.
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