Golazo de Cabañas dio el empate a Jaguares; Borgetti había puesto adelante a Santos.
TORREÓN, COAH.- Un golazo de Salvador Cabañas enfrió la fiesta popular en el Estadio Corona y dio el empate, 1-1, a Jaguares de Chiapas sobre Santos Laguna, en juego correspondiente a la jornada 14 del Torneo Clausura 2004.
El festejo se había iniciado a las nueve de la mañana en Ciudad Lerdo, pasó por Gómez Palacio y llegó a Torreón; el epílogo estaba cerca, los tres puntos casi se tenían en la bolsa, el juego había sido muy complicado, pero el penal anotado por Jared Borgetti marcaba la diferencia. Nadie contaba entonces con el paraguayo Salvador Cabañas, que casi desde media cancha empalmó de derecha y venció a Cristian Lucchetti, al minuto 87 de tiempo corrido.
Fue como un baño de agua helada, el coraje de los aficionados hacía blanco en Lucchetti, el portero estaba adelantado por la posición de su equipo que iba al frente y era imposible permanecer en la línea de gol. Minutos antes del empate Jared Borgetti tuvo el 2-0 en sus botines, pero el tiro de derecha se fue arriba de la portería chiapaneca, cuando Omar “Gato” Ortiz estaba vencido, a merced del goleador albiverde.
Jaguares demostró ser un equipo de empaque, cuya buena marcha no es obra de la casualidad, sino del trabajo de José Luis Trejo; la defensa central hoy luce sólida con Sergio Almaguer y Adrián García Arias, que cuando salió lastimado dejó su sitio a un bien ubicado Miguel “Jalisco” Gutiérrez. Everaldo Barbosa ayer fue un volante más adelantado y en la ofensiva, Salvador Cabañas, bien contenido por Héctor López y Jorge Campos, sólo tuvo un destello, suficiente para empatar el partido.
Jaguares dominó el primer tiempo y Santos no encontraba el camino, Jared Borgetti se veía obligado a bajar en busca de balones y fue así como se gestó el gol albiverde, cuando el sinaloense sirvió a Sixto Peralta y éste recibió falta de Sergio Almaguer, apenas dentro del área grande. Con el goleador de Jaguares sucedió algo similar, ya que Salvador Cabañas no pudo con Héctor López y Jorge Campos, por lo que en una gran acción individual, pasada la media cancha, el paraguayo venció a Cristian Lucchetti. Borgetti cobró el penalty para convertir de derecha, con fuerza y a media altura.
Santos Laguna equilibró el partido en la segunda parte, pero Jaguares estaba bien plantado en la cancha; Adrián García Arias parecía cometer penalty sobre Vuoso, pero Gilberto Alcalá dejó correr la jugada. El local seguía encima y Rodrigo Ruiz filtró a José Antonio Noriega, pero Omar Ortiz rechazó bien el tiro del “Tato”.
El mayor peligro de Jaguares se dio cuando Cabañas sirvió raso y cruzado a la llegada de Irvin Rubirosa, pero el ex atlantista llegó tarde y el balón pasó angustiosamente a un lado del poste. A cinco minutos del final Jared Borgetti llegó solo frente a Omar Ortiz pero su tiro se fue por arriba del travesaño, ante el lamento general. En esta ocasión el futbol castigó, ya que dos minutos después Cabañas dio el empate a su equipo con soberbio gol que provocó la ira de varios aficionados en contra del portero argentino Cristian Lucchetti.
Santos Laguna llegó a 17 puntos, tres abajo del América que empató en casa con el Querétaro; el equipo albiverde viajó ayer mismo a Chile para enfrentar a la Universidad de Concepción, en su último juego de la primera fase de la Copa Libertadores; posteriormente visitarán a los Tuzos del Pachuca, en el Estadio Miguel Hidalgo, el lunes entrante a las 20:00 horas.
Gilberto Alcalá Pineda fue el árbitro central del partido; Francisco Pérez Muñoz trabajó con bandera uno, José de Jesús Torres, con bandera dos y el cuarto oficial fue Adolfo Hermosillo. Por Santos Laguna recibieron cartón amarillo: Matías Vuoso, Héctor Altamirano y Carlos Cariño, mientras que de Jaguares, Miguel Gutiérrez.
Santos Laguna: Cristian Lucchetti; Héctor Altamirano, Héctor López, Jorge Campos y Federico Domínguez; Carlos Cariño, José Antonio Noriega (Joaquín Reyes, al minuto 83) y Sixto Peralta (Johan Rodríguez, al minuto 66); Rodrigo Ruiz (Elgabry Rangel, al minuto 78), Matías Vuoso y Jared Borgetti.
Jaguares: Omar Ortiz; Jorge Manrique (Néstor Gutiérrez, al minuto 82), Sergio Almaguer, Adrián García Arias (Miguel Gutiérrez, al minuto 59) y Heriberto Ramón Morales; José de Jesús Gutiérrez, Felipe Ayala, Everaldo Barbosa y José Damasceno (Irvin Rubirosa, al minuto 60); Salvador Cabañas y Lucio Filomeno.
Se cumple el objetivo, pero...
Los cálculos hablaban de diferentes cantidades, pero coincidían en que al menos 30 mil aficionados al futbol participaron en la megamarcha organizada ayer por las Porras Unidas de Santos Laguna; todo inició a las nueve de la mañana en Lerdo y el final de la fiesta debería ser en el Estadio Corona, pero Salvador Cabañas metió su pierna derecha y los planes cambiaron.
Ayer se vivió un día muy diferente en el Estadio Corona, la primera ovación fue para los 11 titulares de Jaguares, quienes salieron a calentar con la playera verde y la leyenda: “Un Guerrero Nunca Muere”. La música, sin el volumen estruendoso de otras jornadas, permitía que la fiesta se viviera con intensidad, todo había salido bien hasta ahora y lo único que faltaba era el triunfo de Santos Laguna, porque ayer la palabra derrota no cabía en mente de ningún seguidor del conjunto local.
Se inició el partido entre el júbilo de quienes llenaron el Corona, el verde casi pintó en su totalidad el inmueble y ofreció un espectáculo muy singular que ni siquiera se había visto en los juegos de liguilla; cualquier detalle era suficiente para manifestar las ganas de gritar, pero Jaguares de Chiapas controlaba el partido y fue muy cerca del final cuando por fin se escuchó el grito de gol; Jared Borgetti sacudió las redes visitantes, el gol no estaba en los planes de José Luis Trejo, pero el visitante demostró ser un equipo con oficio y no permitiría que la fiesta tuviera un epílogo de acuerdo a lo planeado.
Santos Laguna estaba arriba en el marcador pero el ambiente no era de confianza, el rival hacía su juego y ponía en aprietos a los verdes, quienes a pesar de su esfuerzo no lograban imponer condiciones, el sonido local era un porrista más que lograba entusiasmar, aunque los resultados no se daban y en la cancha la desconfianza crecía.
En la tribuna de Plateas fue un espectáculo ver a algunos aficionados “dirigir” el partido desde sus lugares, quizá piensan que sus gritos se escuchan hasta la cancha; los ademanes de desagrado no se hacen esperar y también aparece la desesperación cuando hay un pase malo o una marcación equivocada de Gilberto Alcalá.
“Paella valenciana, callos a la madrileña, también tengo chistorra, porque el caldo de res ya se terminó”, gritaba un simpático vendedor de cerveza, cuyo deseo era romper la tensión en la tribuna, sin embargo, las risas eran muy discretas porque la atención estaba centrada en lo que sucedía en el terreno de juego, en donde Santos no enseñaba claridad como para asegurar la victoria. El segundo intento del vendedor fue en vano, la gente quería ver el futbol y la tensión no estaba para permitir bromas.
A pesar del escaso espectáculo, poco a poco se pensaba en el triunfo, el optimismo empezaba a aparecer, la ola daba dos vueltas al escenario y de pronto, gol de Salvador Cabañas; toda la ilusión se apagaba, el festejo que inició en Lerdo a las nueve de la mañana vivía momentos de frustración porque todo se había preparado para tener un final feliz.
El ingreso de Johan Rodríguez no se dio entre un ambiente de hostilidad, como en jornadas anteriores, ayer al parecer había una tregua, los abucheos fueron escasos y discretos, aunque al final de los 90 minutos quedó una sensación de amargura por no conseguir lo que se pretendía en lo deportivo.
No fue el final deseado, pero la manifestación cumplió su objetivo; hoy las empresas laguneras saben que el fenómeno Santos tiene una fuerza desmedida, los jugadores manifestaron la unión que tienen con sus seguidores y el deseo de que la franquicia se mantenga en esta tierra durante muchos años. Quizá la incertidumbre se mantenga en la región, pero los próximos días serán claves en el futuro inmediato de la institución, porque en un abrir y cerrar de ojos el próximo torneo estará encima, lo que exige una solución urgente.
El equipo no se va
Martín Ibarreche Vázquez, vicepresidente deportivo de Santos Laguna, aseguró ayer que el equipo no saldrá de Torreón, cuando menos por diez años, a manera de ejemplo citó al Club Monterrey, del cual recuerda que fue intervenido y consiguió un campeonato.
Sobre la megamarcha realizada, manifiesta que es bonito el apoyo a los Guerreros, los compromete a ganar y a jugar bien, tanto en el torneo regular como en la Copa Libertadores.
Sobre la posible adquisición de la franquicia por parte de empresarios interesados en la misma, aclara que en este momento el Santos Laguna no puede venderse, al estar intervenido la ley inhibe cualquier operación, por ello deben esperar a que se resuelva la situación jurídica de Carlos Ahumada Kurtz.
“Tenemos el ejemplo del Monterrey, lo intervinieron y hasta fue campeón, no pasó nada, su afición le ha sido fiel, lo mismo puede suceder con Santos Laguna”.
Estima que en cuanto se designe un administrador por parte de la Secretaría de Hacienda, la operación del club volverá a la normalidad.