Carlos Monsiváis reflexionar sobre el futuro de América.
SUN-AEE
BUENOS AIRES, Argentina.- Carlos Monsiváis pasó por Buenos Aires, recibió una condecoración del gobierno argentino y habló de su próximo libro –“que por ahora se llamará “Apocaliptis”-.
Dejó sus reflexiones, su mirada aguda sobre el devenir de México y Argentina, en una entrevista -café de por medio- en un hotel del barrio porteño de La Recoleta, una mañana de sábado.
-¿Tuvo tiempo de observar el humor social de los argentinos en 48 horas?
-Lo poco que he podido apreciar es que hay más optimismo que hace dos años, la última vez que estuve aquí. Algunos se esperanzan con -Néstor- Kirchner otros no. Yo siempre he estado próximo a este país. Pero no tanto viniendo sino a través de la literatura: desde mi escuela secundaria supe eso de: “Así es la relación/ de este gaucho perseguido/ que padre y marido ha sido/empeñoso y diligente/ y que sin embargo la gente tiene por un bandido”.
-El “Martín Fierro”.
-Desde adolescente me volví un fanático de la literatura argentina, y es una relación seguiré teniendo porque pienso seguir leyendo a autores argentinos”.
-¿Cuál cree que será el costo que el PRD -Partido de la Revolución Democrática- pagará por el “caso Ahumada”?
-Lo va a pagar muy caro, no sólo porque haya corruptos que los hay en cualquier lugar, sino porque decidió enfrentar el problema monstruoso de la corrupción a partir de la existencia de un complot. Y no es el asunto. El problema de la corrupción debe enfrentarse por sí solo. Y si un complot contribuye a exhibirla, hay que combatirla con más fuerza pero no es el tema principal. “La corrupción era algo propio de las derechas y la izquierda. Debería decir: ‘Eso no’. No decir: ‘Es un complot’. Porque en ese caso: podría decir: ‘Si no hay un complot la corrupción no existiría’, y eso es inadmisible”.
-¿Cómo ve el futuro de la izquierda latinoamericana en su conjunto?
-Necesita tener capacidad crítica si no, no tiene futuro. Lo que le está pasando a gran parte de la izquierda latinoamericana es que la repetición de viejas consignas y el aferrarse a sus dogmas la ha descapitalizado intelectualmente. Existe una gran izquierda moral en todo América Latina pero carecemos de una izquierda en términos políticos. ¿Para qué sirve una izquierda que no tiene vocación intelectual? La derecha nunca la tendrá. Su oficio es olear la visión intelectual del mundo. Si la izquierda hace lo mismo con la devoción a Castro Ruz, o dice que sus errores no son errores sino invenciones del enemigo, estamos perdidos”.
-¿Hacia dónde observa que va México no ya políticamente sino como sociedad?
-No quiero ser profeta para no ser pesimista. Pero creo que vamos hacia una sociedad dividida entre empleados y desempleados. En ese dramatismo vamos a una inseguridad urbana que es producto por un lado de la delincuencia organizada y por otro de la injusticia social y el desempleo impuesto. “Vamos a una convicción generalizada de que la política es lo degradado. Ya estamos en esto y creo que se profundizará más negativamente. Y eso es malo porque hay que pasar por la política si se quieren soluciones, y la política como tal hoy no permite avizorar esas soluciones.