“Señor no me des,
nomás ponme donde hay”.
Rezo de los corruptos
El otrora cuerno de abundancia aún tiene mucho que darnos y cada vez nos tiene más sorprendidos porque a pesar de tantos vilipendios, tantas rapiñas, saqueos y afrentas, México sigue garante resistiendo ratas, caciques, truhanes y gamberros aferrados como “lampreas” a los recursos del pueblo.
Nunca como ahora se había visto tanta deshonestidad en el sistema, la descomposición política apesta y es un tenebroso espiral interminable. Los menoscabos a la patria van desde el desbalago que se hace en los recintos del H. Congreso de la Unión hasta la misma justicia metiendo las manos donde no debe. En la Revolución los únicos que ganaron fueron los que no pelearon, salvo raras excepciones los generales y otros grados segundones que se quedaron con grandes extensiones de tierra y donde sin saberlo muchos de esos “héroes”, el único logro de esta revuelta sin duda fue un legado de papel, que se llama Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que también y para no variar nuestra clase gobernante se encargó de maquillar, usar a su antojo y conveniencia.
Después de la revuelta, la Patria quedó en manos de bandidos disfrazados de caciques y un poco después entre pugnas y traiciones nacen los héroes, guías y caudillos que salieron más bravos que los mismos bandidos, porque ya no se escondían para robar y a partir de ahí los sinvergüenzas salieron al sol y nadie los puede mandar a la sombra (cárcel) ni tocar con el pétalo de una margarita.
Los derrapes y apaños de nuestros gobernantes no tienen límites y es tanta su obcecación que parece ser una competencia de a ver quién roba más en las diferentes administraciones públicas, el fin es el mismo, aunque la forma y el fondo, medio los han cambiado.
Nuestro país ha sido destrozado, comparado sólo como se destaza una res en cualquier rastro citadino, la nueva clase política con rezagos revolucionarios ha tomado todos los filetes, bistecs y el sobrante lo hizo carne molida y poco a poco la engulle.
El que nuestro territorio fue objeto en la Conquista, con barcos cargados de oro, ni siquiera lo sentimos, después la Colonia siguió mandando oro para Europa y no pasó nada, el saqueo con invasiones de franceses, ingleses y “gringos” también fue funesto pero no fueron capaces de doblar la riqueza.
Pero vino la nueva clase política revuelta con la casta divina, los emanados de las reformadores y liberales que muchos salieron unos vivillos y se adjudicaron lo que quisieron, todos se decían salvadores del pueblo.
La Revolución y sus consecuencias aún perduran en las administraciones públicas con los usos y costumbres, siendo lo más común el detentar el poder y ser icono de la clase lacaya, con la predominación de la corrupción, podredumbre y impunidad en sus actos.
México a pesar de los setenta años del PRI, con raras excepciones don Lázaro Cárdenas en sus gobiernos, aún tiene mucho que dar, sin embargo ahora sí parece estar herido de muerte con todos los lastres que acarrea, la deuda es mucha, la falta de autoridad es plausible, los servicios de salud, educación, vías de comunicación son rebasados por los actos corruptos, aunado a todas las paraestatales que se vendieron entre amigos de los políticos, incluyendo los bancos y el famoso Robaproa.
Mientras el ISSSTE y el IMSS en grave riesgo, Pemex, la CFE y la SEP en manos de líderes sinvergüenzas y la camada de gobernadores que cada seis años salen rebosando de dinero y no sólo gobernadores sino simples presidentes municipales u otros puestos rascuaches, como delegados y procuradores de alguna dependencia como son la CNA, la Profeco, Semarnat y, otras, con el consabido tráfico de influencias etc.
Toda una horneada de millonarios es lo que queda en cada administración pueblerina, estatal y a nivel nacional y aún nos preguntamos... ¿cuánto más aguantará nuestro país y nosotros mismos a estos pillos?
Mientras ellos, los mequetrefes que viven del erario y gasto público sólo repiten cada vez que se van a la cama o cuando hacen una transa... ¡No te acabes México!..
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