EL SIGLO DE TORREÓN
La Comarca Lagunera cuenta con personas caritativas que de manera callada y sin ningún afán protagónico, realizan obras sociales. Doña Dolores Herrero de Córdova, una de las fundadoras de la Casa Cuna de Torreón A.C., es parte de estas ciudadanas de las que no se puede pasar por alto su participación altruista, ya que ha dado todo ?por lo todo?.
Con el objetivo de buscar alguna actividad en la que pudieran ayudar a personas de la tercera edad o niños desprotegidos, hace tiempo se reunió un grupo de amigas. Luego de darse cuenta de la problemática que enfrentaban muchas jovencitas y mujeres domésticas que querían abortar, las damas encontraron el motivo de su apostolado... rescatar a niños amenazados por el aborto.
Doña Dolores fue parte de este grupo y por ello, el patronato de esta institución le ofreció un reconocimiento en el que avalan el interés que siempre demostró por salvaguardar el bienestar de cientos de chiquitines en esta obra social.
En la sala de su hogar -en la colonia Torreón Jardín- la señora de Córdova nos contó cómo se fundó Casa Cuna, organismo que ha llenado de felicidad a muchas familias laguneras.
En 1982 y después de algunas pláticas, se reunió con Rosa Alicia de la Garza de Estens, Ernestina Lazalde, Conchita Sotelo, Lilia V. de Cuéllar, Carmelita A. de Lazalde, María Elisa de Arrambide y María Pura de Sánchez, para concretar la obra que llevarían a cabo.
Su proyecto se vio cristalizado al siguiente año, cuando la institución quedó constituida como asociación. En un principio, el grupo de damas sesionó en una casa que les prestaron los jesuitas ubicada cerca de la iglesia de San Juan de los Lagos, donde permanecieron casi un año, después ocuparon un local del que más tarde se trasladaron.
Mortificadas por andar de un domicilio a otro, las damas decidieron hacer una actividad para reunir fondos económicos y comprar una finca. Una idea iluminó la mente de la señora Córdova, quien les planteó a sus compañeras pedir dinero prestado entre sus amistades para ahorrarlo en el banco y con los intereses que generaban éstos, comprar una vivienda. Su proyecto se concretó al adquirir el inmueble de avenida Bravo número 1840 oriente, donde actualmente se encuentra la Casa Cuna.
La institución se sostiene de cuotas que dan las socias, mismo que se utiliza para la compra de medicina, de igual forma de donativos que hacen empresarios y particulares.
Noble labor
Desde que Casa Cuna se empezó a anunciar, llegaron mujeres confundidas que no podían cuidar a su bebé. ?A partir de que dieron con nosotros y aceptaron las condiciones de la institución, se les brindó atención médica hasta el día del parto, que desde entonces se registra en conocido sanatorio de la localidad, el que anteriormente cubría el cien por ciento de los gastos médicos, ahora sólo financia la mitad y el resto lo paga la casa?.
Cuando el bebé nace, se le entrega a sus padres adoptivos. Ellos, previamente, firman una acta notariada donde se dice que por mientras quedará en un lugar sustituto hasta que se lleven a cabo los trámites de adopción, es decir, alrededor de seis meses. La intención principal de hacerlo de esta forma es que la criatura sienta de inmediato el calor de una madre.
?Nos desanimamos porque el Gobierno constantemente cambia los trámites y pone muchas trabas, se ha solicitado a la esposa del Gobernador del Estado que precise los datos fijos de adopción, pues nos preocupa que por esa causa, los niños caigan en malas manos, se ha sabido que llevan a los niños a la frontera de Ciudad Juárez para venderlos?.
Durante el tiempo que tiene Casa Cuna funcionando se han dado en adopción 128 niños, el primero de ellos ahora tiene alrededor de 20 años de edad, la identidad de él es guardada sigilosamente al igual que la del resto de los pequeños.
La señora Lola Herrero de Córdova ha sido parte importante en la felicidad de muchas familias, que se vieron bendecidas con la llegada a su hogar de una de estas criaturas.
