Ayudan policías a rebeldes en el plagio de Paul M. Johnson, señalan miembros de la red radical.
AGENCIAS
RIYAD, ARABIA SAUDITA.- La célula de la red terrorista Al Qaeda en Arabia Saudita anunció ayer que su nuevo líder es Saleh al Oufi, en reemplazo de Abdulaziz al Moqrin, muerto en un operativo policial después de la decapitación de un rehén estadounidense esta semana, según una información aparecida en el sitio islamista de Internet por el que la agrupación extremista difunde sus mensajes. Oufi, un ex guardia de cárcel, es el quinto en la lista de 26 extremistas más buscados en el reino islámico.
Según las autoridades sauditas, Oufi carece de la experiencia operacional de Muqrin, quien fue muerto en un tiroteo con las fuerzas de seguridad árabes sauditas tras el asesinato del rehén estadounidense Paul M. Johnson. La célula de Al Qaeda liderada por Moqrin se atribuyó el secuestro de Johnson el 12 de junio y dijo que lo decapitarían si las autoridades de Arabia Saudita no liberaban a los prisioneros de Al Qaeda en un plazo de 72 horas.
El viernes, el día que vencía el plazo para la ejecución de la amenaza, el sitio islámico de Internet empleado por la red terrorista, Voz de Yihad, publicó fotografías del cuerpo decapitado y la cabeza de Johnson, un ingeniero de helicópteros Apache. Horas después, las fuerzas de seguridad árabes sauditas mataron a Moqrin y a otros tres integrantes de la célula y capturó a otros 12 sospechosos.
Las autoridades del reino y la red terrorista identificaron a los otros tres integrantes de la célula saudita de Al Qaeda muertos en el tiroteo en Riyad, la capital de Arabia Saudita, como Faisal al Dakhil, considerado el número dos de la red, Turki al Muteiri e Ibrahim al Durayhim. Además la célula de Al Qaeda que secuestró y mató al estadounidense afirmó ayer que simpatizantes suyos dentro de la policía saudí los ayudaron a realizar el plagio.
Los detalles del secuestro aparecieron en Voz de Yihad , un diario bimestral en la Internet publicado por Al Qaeda en la península arábiga. Un artículo escrito por separado, el último redactado por el líder de la célula, Abdulaziz al Moqrin.
El primer artículo afirmó que extremistas vestidos de policías y equipados con patrullas establecieron un puesto de control falso en la avenida al Jadma, que conduce al aeropuerto, cerca de la Universidad Imán Mohamed bin Saud. Cuando el automóvil de Johnson se acercó al retén el 12 de junio, los policías falsos detuvieron su vehículo -un Camry de Toyota-, arrestaron al estadounidense, lo anestesiaron y lo llevaron a otro coche, afirmó el artículo.
Posteriormente hicieron explotar el de Johnson.
“Este coche es el que los medios de comunicación saudíes afirmaron estaba cargado de explosivos y que (la policía) incautó y desactivó”, señaló el artículo.
Las autoridades de seguridad afirmaron la semana pasada que el automóvil de Johnson fue hallado cerca de la Universidad Imán. Informes de la prensa saudí dijeron que el vehículo estaba cargado con explosivos y después se incendió.
“Una serie de miembros del aparato de seguridad que son sinceros con su religión donaron esas ropas y las patrullas de policía. Le pedimos a Dios que los recompense y que ellos usen sus energías para servir al Islam y a los muyaidín”, continuó el texto.
Diplomáticos y occidentales que se encuentran en el reino han expresado sus temores de que los extremistas pudieran haberse infiltrado en las fuerzas de seguridad saudíes y en otras instituciones. Las autoridades han rechazado esta posibilidad y no ha habido indicios de que los extremistas hayan empleado contactos en el Gobierno para secuestrar a Johnson.
El artículo de Al Qaeda afirmó que los extremistas decidieron decapitar a Johnson cuando Adel al Jubeir, asesor de Asuntos Exteriores del príncipe heredero Abdalá en Washington, declaró que Arabia Saudita no negociaría con ellos. Mientras tanto autoridades sauditas realizaron un operativo en gran escala, en tres vecindarios de Riyad en búsqueda de más extremistas islámicos y del cadáver de Johnson.
Adel al Jubeir, asesor de Asuntos Exteriores del príncipe heredero Abdalá en Washington, dijo el sábado que agentes buscaban el cadáver del estadounidense, en las afueras del norte de la capital y fuentes policiales saudíes, quienes pidieron no ser identificadas, señalaron que han estado registrando zonas del desierto en los alrededores de Riyad.
También se están allanando las casas y apartamentos donde se sospecha hay extremistas ocultos, afirmaron.
Entre los vecindarios registrados está al Malaz, donde el viernes se registró un tiroteo en el que murió Abdulaziz al Moqrin, el cerebro detrás del secuestro y homicidio de Johnson y de otros ataques en Arabia Saudita.
El ministro del Interior, el príncipe Nayef, aseguró a los saudíes que el Gobierno erradicará el terrorismo, según lo difundió la agencia noticiosa oficial.
En afirmaciones a dignatarios locales, expresó su “tristeza y sorpresa” de que algunos saudíes “tomen el camino que Dios considera pecaminoso”.
“El Estado es fuerte para aplastar al enemigo y limpiará al país”, dijo el príncipe el sábado por la noche, según lo citó la agencia. “Ellos (los terroristas) han seguido el sendero del diablo y encontraron a los que pueden engañar..., (quienes) no se percataron que estaban siendo impulsados por enemigos de la religión y de esta nación”.
NUEVAS GENERACIONES DEL TERROR
Mientras el líder de una célula de Al Qaeda que había secuestrado y asesinado a un ingeniero estadounidense era un terrorista experimentado que había luchado su “guerra santa” alrededor del mundo, un recluta que murió con él pertenecía a una nueva generación.
Ibrahim bin Abdulá al Durayhim, de 20 años, aprendió la teología de clérigos furiosos antioccidentales y sus técnicas guerrilleras en Arabia Saudita. Los reclutadores de Al Qaeda explotan la frustración de jóvenes como al Durayhim, para volcarlos contra su propio Gobierno y el de Estados Unidos.
Horas después de que Al Qaeda transmitió por Internet las fotografías de la decapitación del ingeniero estadounidense Paul M. Johnson, Arabia Saudita anunció que había dado muerte a Abdulaziz al Moqrin, considerado líder de Al Qaeda en Arabia Saudita, junto a otras tres personas, -el más joven era al Durayhim-.
Las narraciones sobre la vida de al Durayhim en los diarios sauditas ayer demostraron las razones por las cuales este reino conservador islámico es visto como terreno fértil para terroristas.
Quince de los 19 atacantes suicidas que participaron en los atentados terroristas del 11 de septiembre contra Washington y Nueva York eran saudíes.
Se cree que Al Moqrin se había adiestrado con el jefe de la red terrorista Al Qaeda, Osama bin Laden, cuya ciudadanía saudí fue revocada, y luchó en Afganistán, Bosnia, Somalia y Argelia. Sin embargo, la primera operación de al Durayhim fue en Arabia Saudita, un atentado suicida perpetrado el ocho de noviembre de 2003 contra un sector residencial en el que murieron 17 personas.
Otros dos que murieron en el enfrentamiento del viernes con la policía tenían historiales más extensos.
El sábado, Adel al Jubeir, consejero de asuntos exteriores del príncipe heredero Abdulá en Washington, señaló que uno de ellos, Faisal al Dakhil, era considerado como el segundo en importancia en la red Al Qaeda en Arabia Saudita y “trabajaba muy de cerca e inmediatamente bajo las órdenes de Al Moqrin”.
ALERTA DE SEGURIDAD
Las autoridades sauditas han elevado sus sistemas de seguridad en Riyad, después de la ola de ataques en contra de extranjeros.
*Miembros de la red Al Qaeda aseguraron ayer en un comunicado difundido en Internet, que miembros de la policía saudí colaboraron con ellos para realizar el plagio de Paul M. Johnson, un estadounidense que fue decapitado el viernes por los rebeldes.
*Autoridades sauditas declararon que harán todo lo posible por garantizar la seguridad de los extranjeros en la nación y además erradicaran el terrorismo, mientras lanzaron grandes operativos en tres vecindarios de Riyad donde se cree se encuentran escondidos más miembros de Al Qaeda.
FUENTE: AGENCIAS