Gérard Courtois que hasta ahora era redactor jefe, editorialista y presidente de la sociedad de personal fue nombrado nuevo director del diario francés .
París, (EFE).- Gérard Courtois fue nombrado hoy director de la redacción del prestigioso diario "Le Monde", en lugar de Edwy Plenel, quien abandonó ese puesto que ocupó durante una década para "recuperar las sencillas alegrías del periodismo y de la escritura".
Courtois, de 55 años, que hasta ahora era redactor jefe, editorialista y presidente de la sociedad de personal de "Le Monde", ha sido nombrado además director delegado, informó el rotativo.
Cuatro directores adjuntos de la redacción arroparán a Courtois en su nueva labor: Sylvie Kauffman, Patrick Jarreau (ascendidos), Alain Frachon y Franck Nouchi, que ya ocupaban esos puestos.
Kauffman y Nouchi estarán encargados de la dirección de la información con la colaboración de los redactores jefes Michel Kajman, Christian Massol y Arnaud Leparmentier.
Jarreau asumirá la jefatura de la redacción editorial con Laurent Greisalmer, que es redactor jefe.
Frachon, por su parte, llevará las riendas de "Le Monde 2", ayudado por Jacques Buob.
La dirección de "Le Monde", que próximamente cumplirá 60 años, ha nombrado a Eric Fottorino para animar un grupo de reflexión sobre la creación de una nueva fórmula de rotativo a partir de enero de 2005.
Edwy Plenel, quien anunció su dimisión como director de la redacción el pasado 29 de noviembre, conserva sus funciones de redactor jefe para "la concepción, la creación y la puesta en marcha de una fundación 'Le Monde'", de la cual será director.
Su nombre está doblemente de actualidad debido a su presencia como parte civil en el juicio sobre las "escuchas del Elíseo", que e abrió el 15 de noviembre en el Tribunal Correccional de París.
Ese juicio está centrado en las grabaciones ilegales de conversaciones telefónicas de decenas de personalidades durante el primer mandato del fallecido presidente francés Francois Mitterrand.
Plenel fue objeto de escuchas por sus investigaciones sobre el atentado de los servicios secretos franceses contra el navío "Rainbow Warrior" de Greenpeace, en Nueva Zelanda en julio de 1985, o sobre el llamado "caso de los irlandeses de Vincennes".
A instancias de la célula antiterrorista del Elíseo, se detuvo a tres irlandeses, calificados de "terroristas peligrosos", y en cuyo apartamento fueron depositados por la policía explosivos y armas.
Esos materiales se usaron como pruebas de la presunta pertenencia al Ejército Republicano Irlandés (IRA) de los tres detenidos, que permanecieron en prisión durante nueve meses y presentaron una demanda ante la Justicia francesa diez años más tarde.