Dr. Agustín Cabral Martell
FELIZ ANIVERSARIO. . .
Este domingo se cumplen 23 años de colaborar en este tan prestigiado diario “El Siglo de Torreón”, y me llena de orgullo y satisfacción decirlo, ya que me ha dado la gran oportunidad de expresar por este medio mi experiencia profesional, dar a los productores agropecuarios una serie de consejos, apoyos que por medio de la normatividad agropecuaria les permite optimizar la producción, facilita trámites, conocen sus derechos y obligaciones, así como saber las disposiciones legales sobre las políticas que se van dando en nuestro sistema agroalimentario nacional y aprovechar las oportunidades de todo proceso productivo, utilizando las estrategias jurídicas modernas y que se encuentran plasmadas en nuestra legislación.
Recuerdo cuando le asignamos el nombre a la columna, el Lic. Miguel Ángel Ruelas Talamantes (gran amigo y compañero de la VII generación de Licenciados en Derecho en la Facultad de Derecho de la U.A. de C.), en ese tiempo me decía que se me iba a acabar el “rollo” muy pronto, pero no fue así, ni será, ya que cada vez cobra mayor importancia esta disciplina, los planes y programas de estudios de las carreras agropecuarias le toman mayor interés por la trascendencia que tiene en el ámbito internacional, las líneas de investigación se suman cada día y dado el esfuerzo para contar con la herramienta jurídica que sirva de base para la producción, las disposiciones legales del sector agropecuario día a día se van haciendo más prácticas y operativas.
Ha habido muchos cambios desde que se inició esta columna, los más significativos fueron los de 1991 al transformarse toda la estructura jurídica agraria nacional, las nuevas disposiciones legales que aparecieron con los tratados comerciales que México tiene con otros países, sobre todo con Estados Unidos y Canadá, ya que hubo la necesidad de legislar en materia sanitaria tanto pecuaria, como vegetal y forestal mejor que las disposiciones contenidas en la ley de sanidad fitopecuaria (1974). Todo lo que trae consigo la globalización, unificando criterios para evitar al mínimo las desventajas productivas.
La Normatividad Agropecuaria como disciplina es relativamente joven como materia básica en las carreras de Agronomía y Veterinaria sobre todo, sin embargo las expresiones jurídicas se han venido dando desde finales del siglo XIX en los Estados de nuestro país, ejemplo de ello es lo que ocurría en el Estado de Veracruz en donde se penalizaba el abigeato (robo de ganado) con la pena de muerte, desde luego que todo fue cambiando a favor de la producción nacional.
La Normatividad Agropecuaria se encuentra hermanada con otras disciplinas que le son afines, por ejemplo, al surgir la legislación agraria actual, se sumaron la legislación mercantil, la bancaria, la civil y la ambiental, de tal manera que se prepara ya la publicación de un “Marco Jurídico Agroecológico Mexicano”, como resultado de la investigación sobre la materia. Las leyes, reglamentos y normas oficiales mexicanas que integran este marco agropecuario desde un inicio han modificado su estructura, como la sanidad vegetal, animal y forestal, salubridad general, fiscal y profesional, tan es así que para finales del presente año, publicaremos la nueva estructura jurídica para la producción agropecuaria nacional.
Manifiesto todo esto con el propósito de dar a conocer a los lectores, de la importancia que reviste contar con un instrumento jurídico que dé una respuesta favorable a la producción de alimentos, y de llevar a cabo estas disposiciones transformándolas en proyectos productivos como los que se han estado presentado en algunas entidades mexicanas.
He de agradecer la oportunidad de manifestarme por este medio, a fin de seguir apoyando a los productores rurales, a las agroempresas de esta comarca, así como a las agrupaciones de productores que de alguna manera están integrados, a las comunidades agrarias y a los ejidos.
Mi agradecimiento también a todas aquellas personas que han hecho posible esta publicación dominical, todo ese gran equipo editorial de “El Siglo de Torreón”, por la confianza depositada en mi persona, por la gran trascendencia que han tenido los artículos que domingo a domingo se publican y que he sido testigo del interés sembrado a personas en particular, escuelas oficiales, institutos tecnológicos agropecuarios y productores en general, la extensión obtenida hacia otras instituciones nacionales y algunos países hermanos latinoamericanos a los que les he mandado algunos artículos para su consideración.
Seguiremos fomentando la vocación de servicio a través de esta columna, sobre todo a aquellos jóvenes que se preparan en las ciencias agrarias haciendo un poco de historia positiva y diremos como Cicerón “De las actividades humanas, la más digna es la que se dedica a la producción de alimentos”. A todos muchas gracias.