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Norte y Sur / México y las elecciones en Estados Unidos

Salvador Barros

(¿Qué puede cambiar con Kerry?) Aunque en México al senador demócrata despierta, en general, más simpatías que su rival George W. Bush, los expertos admiten que su cercanía a los sindicatos norteamericanos podría conducirlo a una política proteccionista, perjudicial para nuestro país, si logra convertirse en el nuevo habitante de la Casa Blanca John Forbes Kerry podría ser el nombre del próximo presidente de los Estados Unidos. Sumergido en su campaña nacional desde hace ya varios meses, el senador demócrata por Massachusetts pronunció cientos de discursos, habló sobre su proyecto político en interminables entrevistas gráficas, televisivas y radiales, pero hasta ahora no hizo mención alguna de cómo sería su relación con América Latina y mucho menos con nuestro país. Sea quien fuere el presidente que habite la Casa Blanca, México ocupó y ocupa dentro de la escala de prioridades de la política exterior norteamericana un lugar muy por detrás de Colombia o el mismo Brasil. Incluso Haití, el país más pobre y convulsionado del hemisferio, tiene para Washington una importancia mayor, tanto por la crisis institucional del último mes como por su cercanía a las costas de los Estados Unidos. "Decir que el equipo de Kerry tiene una posición sobre la Argentina, o que siquiera ha pensado sobre el tema, sería una mentira", admitió ante una consulta nuestra Miguel Díaz, director del Programa América del Sur del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales de Washington. Kerry se convirtió en el rival de Bush al vencer en nueve de los diez Estados norteamericanos donde los demócratas realizaron las llamadas primarias del "super martes" para elegir al candidato que le disputará el puesto al presidente republicano en las elecciones de noviembre próximo. El senador por Massachusetts nació hace 60 años en Denver, Colorado. Su padre fue voluntario como piloto de aviones durante la Segunda Guerra Mundial. Y años más tarde, John mismo estuvo frente a la línea de fuego en Vietnam. El candidato es un veterano de guerra y ésa es la carta fuerte de J.F.K., como ya lo llaman muchos en Estados Unidos, ya que comparte las iniciales de su nombre con el mítico ex presidente demócrata John Fitzgerald Kennedy, asesinado en 1963. Si algo diferencia a Kerry de Bush es precisamente su conocimiento del mundo. El padre del candidato demócrata terminó siendo funcionario del Departamento de Estado y viajó lo suficiente como para que su hijo John estudiara en Suiza. "Quizá ahora que se sabe que Kerry será el candidato demócrata pueda uno comenzar a percibir alguna señal de lo que podría representar para la región --especuló Díaz--, pero esta campaña se va a definir sobre la base de la economía norteamericana y del curso de la guerra en Irak y ésos serán los temas dominantes de aquí a noviembre". En México la oficialización de la candidatura de Kerry ya generó expectativas entre los integrantes del ámbito político. "Cualquiera es mejor que George W. Bush", señaló indignado un ex canciller radical que pidió reserva de identidad.

Con matices discursivos más tenues o más intensos, la mayoría de los consultados sostienen la misma premisa. "El peor problema de los republicanos es que tienen una visión militar de la diplomacia y los conflictos entonces se resuelven siempre por la fuerza", explica el ex embajador en Washington Jesús Reyes Heroles y agrega:

"La gente que está con Kerry tiene un estilo diferente de entender los problemas, al ser demócratas entienden más la complejidad de la región". Igualmente, el ex embajador zedillista en Estados Unidos advirtió: "No deberíamos esperar que un presidente demócrata cambie brutalmente la política hacia América Latina, que sigue bajando en la lista de prioridades". En Estados Unidos, los expertos coinciden en que el tema central para Estados Unidos en la región, serán seguramente las negociaciones por el ALCA, el Área de Libre Comercio de las Américas que propone el libre comercio desde Alaska hasta Tierra del Fuego. La iniciativa fue propuesta por el ex presidente republicano George Bush padre y revitalizada por su sucesor demócrata Bill Clinton años más tarde. Sin embargo, las diferencias entre los países negociadores hizo que la Argentina y Brasil definieran, para disgusto de Washington, que las conversaciones por el acuerdo avancen en bloque, junto con los demás países del Mercosur. Desde su banca en el Senado estadounidense, Kerry apoyó en el pasado el acuerdo de libre comercio hemisférico sin objeciones. Y no se perciben diferencias de fondo respecto del presidente Bush, mas allá de las que se expresan en el calor de la campaña sobre cuestiones como las normas laborales en los países socios y la conservación del medio ambiente. "Por el hecho de ser un demócrata, Kerry podría tener mejores posibilidades que Bush para firmar el acuerdo, porque no tendrá de parte del Partido Republicano la oposición que sí tendría Bush", dijo Díaz. Y agregó: "Podría repetirse la historia: George Bush (padre) fue quien lanzó la idea y Bill Clinton, un demócrata, fue quien luego avanzó sobre ella".

Proteccionismo

En los consejos empresariales mexicanos, no esperan lo mismo. Un experto en cuestiones internacionales, Mario Sierra, aseguró que "los demócratas, para ganar, tienen que atender a su electorado tradicional, que son los sindicatos, que defienden más los aspectos proteccionistas de la economía americana y eso va a demorar el ALCA". Y añade tajante en nombre del CCE:

"Es triste decirlo, pero nos produce tanta repugnancia la administración de Bush que, aun cuando no haya cambios sustanciales, cualquier otro candidato nos parece mejor". La reflexión de Sierra no estaría tan alejada de lo que pronostican los analistas del norte de América. Peter Aquí, presidente del Diálogo Interamericano, del Centro de Análisis de los Asuntos hemisféricos de Washington, manifiesta: "a partir del 11 de septiembre de 2001, no creo que haya de ahora en adelante grandes diferencias entre republicanos y demócratas", haciendo referencia a la política exterior norteamericana, dominada desde esa fecha por la guerra global contra el terrorismo.

Para Aquí, en cambio, el ALCA podría sufrir un serio revés con Kerry, debido a las presiones proteccionistas dentro de su partido, tradicionalmente ligado a los sindicatos. "Podríamos ver el acuerdo retrasado indefinidamente", señaló el analista con cierto pesimismo. Lo mismo opinó una fuente diplomática argentina que trabaja en Washington: "En términos comerciales, siempre nos fue mejor con los republicanos", observó sin dudar. El pasado inmediato demuestra que los cambios de color partidario en Estados Unidos nunca colocaron a México en el tope de las prioridades norteamericanas, exceptuando en la crisis del "error de diciembre" de 1994, aunque durante la década salinista-zedillista el alineamiento dispensado hacia el republicano George Bush en un principio y al demócrata Bill Clinton más tarde, tuvo como punto culminante el TLC entre los colaboradores de Kerry hay varios "clintonites", ex funcionarios del gobierno de Bill Clinton, como Nelson Cunningham, ex asesor especial para América Latina y Randy Beers, ex director de la Oficina para la Lucha contra las Drogas del Departamento de Estado y hasta el año pasado integrante del Consejo Nacional de Seguridad.

Ambos tienen un conocimiento acabado de la problemática regional y vínculos con México y son hoy dos de las figuras más destacadas entre los que diseñan la eventual política exterior del candidato demócrata. En esa línea de razonamiento, un funcionario del Departamento de Estado estimó que la relación con México no dependería tanto de Kerry como de quienes lo acompañen. Y esos equipos, que ocuparían los cargos clave en los departamentos de Estado, Defensa y Comercio, entre otros, aún no fueron definidos por el candidato.

"Esto es como intentar hacer futurología --señaló la fuente--, pero creo que Kerry va a tratar de prestar más atención a América Latina". Si la Argentina quiere llegar a un buen acuerdo comercial --recomendó--, "debe tener muy claros cuáles son sus objetivos, qué sectores le interesa desarrollar y apostar al libre comercio que, en cierto sentido, es un acto de fe".

Otra figura que está cerca del candidato Kerry es Bob Rubin, tan respetado por sus credenciales políticas que es consultado por demócratas y republicanos por igual. Era secretario del Tesoro en 1994, durante la crisis mexicana y fue uno de los que decidieron acudir al rescate de México durante su peor momento financiero. Su nombre resuena ahora para algún cargo importante si los demócratas vuelven al poder y para la región sería una buena noticia. Esto no quiere decir que con los demócratas pueda regresar el tiempo de los grandes rescates financieros para el continente pero, según Chernick, "podrían traer una mayor sensibilidad hacia las necesidades de la economía global y hacia las crisis particulares". Un costado político-emocional del que la administración Bush parece carecer. El analista Miguel Díaz, sin embargo, no está tan seguro de que la llegada de Kerry a la Casa Blanca pueda hacer soplar nuevos vientos para el sur del continente. "Si ganan los demócratas, la política de los Estados Unidos con respecto a América Latina sufriría cambios sólo cosméticos", asegura.

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