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Nuestra Salud Mental / Puentes a cruzar en San Francisco

Dr. Víctor Albores García

(Décima Séptima Parte)

?Mi mente le mandó un mensaje a mi hipotálamo para pedirle que soltara la hormona liberadora de la corticotrofina en los pequeños vasos que lo conectan con mi glándula pituitaria, la cual a su vez fue inspirada a verter la hormona adrenocorticotrofina (ACTH) en el cauce sanguíneo. Mi pituitaria la había estado fabricando y almacenando precisamente para tales ocasiones. El zeppelin se acercó cada vez más. Parte de mi hormona ACTH llegó hasta la corteza exterior de mi glándula suprarrenal, la que a su vez había estado produciendo y almacenando glucocorticoides para los casos de emergencia. Mis suprarrenales entonces añadieron éstos a mi torrente sanguíneo, para repartirlos por todo mi cuerpo, cambiando el glucógeno en glucosa. La glucosa es el alimento de los músculos, la cual me ayudaría a pelear como un felino salvaje o a correr como un venado?.

Este fragmento de la novela ?Desayuno de campeones?, del escritor norteamericano Kurt Vonnegut, fue la sencilla e interesante introducción del Dr. Ned H. Kalin, jefe del Departamento de Psiquiatría y del Instituto de Investigación sobre las emociones, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Wisconsin. Fue una forma de utilizar un fragmento literario que resume los conocimientos sobre nuestras respuestas bioquímicas a estrés, de alguien como este literato que tenía buenos conocimientos químicos y antropológicos, además de haber estado sujeto a diversas experiencias muy traumáticas a su vida. El ponente participó en este simposio sobre Estrés, psicopatología y el cerebro, con el tema de Estrategias farmacológicas novedosas para el tratamiento de psicopatología relacionada con el estrés y las enfermedades médicas. El ponente afirmó que el estrés no sólo puede conducir al desarrollo de trastornos depresivos y de ansiedad como mencionaron los doctores que le antecedieron en el podio, sino que también puede jugar un papel muy importante en otro tipo de enfermedades de las llamadas médicas.

Desde hace tiempo se ha reconocido que la hormona o factor liberador de la corticotrofina, que se excreta en el hipotálamo, sobre todo durante la presencia de una experiencia estresante, se encuentra distribuido ampliamente por muy diversas regiones cerebrales. Como consecuencia se van a presentar diferentes demostraciones muy familiares para todos nosotros, puesto que las hemos notado durante tales episodios. Es así como nos damos cuenta que ante ellas, aumentan los latidos de nuestro corazón, el ritmo de nuestra respiración y se eleva la presión arterial, puesto que hay una redistribución del flujo arterial por todo el organismo, por mencionar al menos algunas de las reacciones más notorias. Se presenta además esa sensación de frialdad en las manos y los pies, los temblores, ?las mariposas en el estómago?, la sensación de asfixia o de que falta el aire, náusea, el mareo o inclusive la falta de apetito, reacciones todas neurobiológicas relacionadas con nuestras respuestas fisiológicas al estrés.

Se ha encontrado que el cortisol, que es otra de las hormonas importantes liberadas durante el estrés como parte de la activación del eje hipotálamo-pituitaria-suprarrenal juega un papel patofisiológico de gran importancia en enfermedades como la diabetes, la obesidad, la hipertensión, la osteoporosis y naturalmente en la depresión y la disfunción de la memoria. Normalmente, el cortisol se encuentra aumentado en la sangre de todos nosotros durante las primeras horas de la mañana, para disminuir por la tarde o por noche. Sin embargo, ante el estrés, el cortisol es liberado por las cápsulas suprarrenales y sus efectos en las funciones cerebrales serán regulados por los receptores de los mineralocorticoides y los glucocorticoides, que son las sustancias mencionadas en la novela de Vannegut, quien parecía estar bastante familiarizado con tal mecanismo. A su vez, el factor u hormona liberadora de la corticotrofina es una sustancia cerebral que no sólo regula la activación inducida por el estrés del eje hipotálamo-pituitaria-suprarrenales, pero también regula los cambios autonómicos y conductuales asociados al estrés, como los mencionados anteriormente.

Lo interesante de toda esta maraña de nombres extraños y sustancias con las que generalmente no estamos familiarizados como público laico, es que el equipo del Dr. Kalin, ha estado haciendo experimentos en monos, que han consistido principalmente de inyectarles hormona liberadora de corticotrofina. Lo que han encontrado, es que estos monos desarrollan síntomas muy semejantes a los de una depresión, con pérdida de apetito, baja del apetito y las conductas sexuales, así como la activación de diversas áreas cerebrales relacionadas con el sistema límbico. Ello los ha llevado a pensar en la posibilidad de procesar medicamentos a base de esta sustancia, que pudieran ser útiles para los trastornos depresivos, con menos efectos colaterales de los que ahora existen. En el presente, muchas compañías farmacológicas se encuentran experimentando con el desarrollo de dichas sustancias. Los monos son como un paso intermedio en el camino experimental, entre los ratones y los seres humanos.

Desde el punto de vista práctico, este equipo de investigadores ha encontrado que esta hormona o factor liberador de la corticotrofina, se encuentra relacionado con un buen número de trastornos. Por ejemplo, cuando se encuentra aumentada su actividad, para relacionarse con los siguientes: la depresión de tipo melancólica, los trastornos de ansiedad, la anorexia nerviosa, el síndrome de colon irritable, la artritis reumatoide, el síndrome de abstinencia del alcohol y la vulnerabilidad para las adicciones. Por otro lado, cuando su actividad se encuentra disminuida, se piensa que se puede relacionar con la enfermedad de Alzheimer y las demencias semejantes, la depresión atípica o la que se relaciona con las estaciones, la obesidad y el síndrome de fatiga crónica:

Las implicaciones de estos experimentos son bastante importantes, puesto que se está buscando con mucha intensidad, por un lado los factores neurobioquímicos, que se relacionan con el estrés, en lo que respecta a las hormonas secretadas como parte de las respuestas de nuestro organismo. Y por otro lado, el tipo de sustancias que pueden llegar a contrarrestar tales respuestas de los individuos que son vulnerables y que desarrollan trastornos tan serios como los mencionados, de manera que puedan ser ayudados en una forma más efectiva, mediante el uso de nuevos medicamentos. (Continuará).

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