Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

Nuestra Salud Mental / Puentes a cruzar en San Francisco

Dr. Víctor Albores García

Trigésima séptima parte

¿Será posible que nuestros cerebros estén formados por diez billones de neuronas y puedan contar con trescientos trillones de conexiones, números que parecen fantasiosos y atrevidos, e inclusive difíciles de contar e imaginar? Pues así lo asegura el Dr. Jay Giedd, un brillante psiquiatra infantil que se ha dedicado precisamente a la investigación del sistema nervioso central en el área de imagenología del Instituto Nacional de la Salud Mental en la ciudad de Washington, D.C. Al reflexionar sobre esos números, es posible creer que la teoría del caos y la complejidad del sistema nervioso central cobren mayor sentido, tal y como lo mencionaba el doctor Beresin, en nuestra columna de la semana pasada. Entonces, es así como podríamos tratar de comprender la complejidad del trabajo que Dios o la naturaleza han invertido para ordenarlo a lo largo de nuestra formación como seres humanos.

El doctor Giedd debe tener asimismo lo que suena como un trabajo muy complejo pero a la vez bastante fascinante, dentro de un programa que como sucede con tanta frecuencia en Estados Unidos, ha sido nombrado ANIMAL. Se trata de un nombre que está formado de acuerdo a las siglas de sus diversas funciones (Automatic Nonlinear Image Matching and Anatomic Labelling, que se podría traducir como algo así: Comparación y etiquetamiento de imágenes anatómicas automáticas no lineares). Se trata en realidad de un proceso en el que se utilizan las imágenes provistas por el sistema de la resonancia magnética para conocer, observar y comparar las estructuras anatómicas de diferentes tipos de cerebros, tanto de pacientes psiquiátricos como de individuos normales, sobre todo en la población pediátrica.

Para un investigador como el doctor Giedd, existe siempre el dilema que enfrentan todos los investigadores, sobre la forma en la que se pueden integrar los hallazgos y resultados obtenidos en el laboratorio con las observaciones y las experiencias procedentes de la práctica clínica. Un conflicto eterno, puesto que los investigadores tienen dificultades en compartir y expresar en un estilo más práctico y sencillo sus experiencias y conocimientos, o inclusive en un lenguaje más claro y preciso, de acuerdo a las quejas de aquéllos que somos clínicos principalmente. Sin embargo y de algún modo como psiquiatra infantil, él se ha enfocado a tratar de resolver ese dilema al estudiar los cerebros de niños y de adolescentes, lo mismo de sujetos sanos y normales, que los de aquéllos que presentan diversos tipos de trastornos psiquiátricos. Puesto que en un tiempo él mismo estuvo en la práctica clínica, eso le ha facilitado el tratar de observar y conocer los cambios que se dan en dichos órganos, pero buscando aplicar tales conocimientos desde un punto de vista clínico en este tipo de sujetos. Se trata no sólo en lo que respecta al uso de la psicoterapia como un método de tratamiento, pero también en cuanto al proceso académico y educativo en todos los sentidos, para conocer lo que sucede durante estas diferentes y fundamentales etapas de la vida.

El doctor Giedd, se ha dedicado desde hace tiempo a la exploración de diferentes áreas en el cerebro, tales como el cuerpo calloso, el hipocampo, el lóbulo frontal, las áreas parietales, la corteza, los ganglios basales, el cerebelo y otras. Inclusive en sus estudios comparativos, ha intentado identificar las diferencias entre los cerebros de niños y de niñas. Por ejemplo, él ha encontrado que las niñas presentan ganglios basales más grandes que los niños, lo que lo ha llevado a pensar en su posible significado como una área que las protege para no presentar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, que se ha pensado es menos frecuente en el sexo femenino. Sin embargo, al explorar estas diversas áreas del cerebro, este investigador se ha percatado que todas ellas van a evolucionar en caminos muy variables y diferentes en su desarrollo, con características de maduración que son muy diversas e independientes una de la otra, así como respecto a sus funciones en cuanto a lo cognitivo, lo social, el motor, lo perceptual o lo emocional.

Según él, la formación del cerebro se lleva a cabo en diversas etapas y edades. En un primer proceso que ocurre durante el período intrauterino, existe una sobreproducción de neuronas, durante dicho proceso sobreviven las células saludables. Además, conforme se va formando la mielina, que es una sustancia que cubre las fibras nerviosas, ella facilita la conexión y la comunicación rápida entre las neuronas. Posteriormente, durante la pubertad, es decir entre los 12 y los 14 años de edad, sobreviene una segunda ola de sobreproducción de la sustancia gris que se engrosa durante este período. Tal sobreproducción, no representa tanto un mayor crecimiento de las células, sino que tiene que ver con la formación de un sistema más complejo de arborizaciones, o sea de las ramas de las neuronas, lo que viene a resultar en un mayor número de conexiones. Paralelamente durante este período de la vida, el proceso de maduración se verá afectado a su vez por la secreción de hormonas. En la materia gris del lóbulo frontal se asientan conexiones y redes que tienen que ver con el erotismo, el juicio y los impulsos, que a su vez naturalmente vendrán a repercutir en forma importante en la personalidad del individuo, tanto en su forma de pensar, como de sentir y de actuar.

Aunque no se sabe cuáles son las fuerzas que estimulan esta sobreproducción durante la adolescencia, el doctor Giedd señala y valora enormemente la importancia de dicho proceso respecto a la evolución de cada individuo, ya que es en esta etapa cuando el sujeto tiene que empezar a tomar decisiones importantes, para escoger caminos y actividades que naturalmente van a definir su futuro. Obviamente, las conclusiones de investigaciones como ésta, no sólo tienen repercusiones a nivel de discusiones académicas de laboratorio, sino también desde un punto de vista muy práctico, en cuanto a las complejidades del desarrollo del ser humano, especialmente durante estas etapas y fundamentalmente para el proceso educativo en todos los niveles, lo mismo que para el terapéutico en los diferentes tipos de trastornos psiquiátricos. (Continuará).

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 93761

elsiglo.mx