Para el ex presidente de Colombia, Ernesto Samper, no queda ninguna duda: México se está “colombianizando”. Este hombre (que sin duda sabe de lo que habla) asegura que los más recientes y sangrientos ajustes de cuentas entre “capos” y los asesinatos de policías y periodistas son el reflejo de “la oscura fase del narcoterror”, igual a la que sufrió su país en los años ochenta.
El ex Mandatario asegura que tristemente ve cómo en México se repite lo que en su país sucedió hace ya casi dos décadas y que “desafortunadamente México está ahora en la fase que vivimos los colombianos hace dos décadas, la fase del narcoterror”.
Durante su más reciente visita a nuestro país –para presentar el libro El salto global- Ernesto Samper aseguró que cualquier estrategia de lucha contra las drogas tiene que estar referida a dos conceptos: el de integralidad y el de corresponsabilidad. Si no se establecen claramente los criterios y si las políticas de lucha contra las drogas no corresponden a esos dos criterios, el mundo se verá abocado más tarde que temprano a encontrar una alternativa distinta a la de la simple represión, en abierta alusión a la despenalización del consumo, tal y como sucede en varios países y en al menos 17 estados del vecino país del norte, donde fumar marihuana –por ejemplo- no es considerado un delito.
Las afirmaciones del ex Mandatario colombiano calaron hondo. De inmediato, José Luis Santiago Vasconcelos, titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), salió al quite para afirmar que no existe ninguna organización o alianza de narcotraficantes que represente una amenaza real para el Estado y por lo tanto, México no se está “colombianizando”.
Y aún más, el funcionario afirmó que “México nunca ha tenido un Estado tan débil, ni ha sido sometido, ni arrodillado por los grupos de delincuencia organizada como lo sufrió Colombia”, por lo que la afirmación de Samper “es bastante destemporalizada y fuera de contexto”.
Al margen de estas posiciones encontradas, lo cierto es que nuestro país vive una etapa especialmente difícil en cuanto a la violencia generada por los narcotraficantes y al mismo tiempo, no son pocas las voces que advierten cómo cada día son más las famosas “tienditas”. México tal vez no se esté “colombianizando”, pero las autoridades deberían asumir, por fin, su responsabilidad para evitar que este fenómeno ilícito gane espacios y aún más poder.
