Independientemente de si se trata de una emergencia, una contingencia o caos sanitario, lo cierto es que la ciudad de Torreón encuentra en sus colectores colapsados un problema que exige inmediata solución.
Hay voces, como la del presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, Alfonso Soto Corral, que advierten del riesgo de que las aguas negras broten por las coladeras, incluso de las casas-habitación, si no se reparan a la brevedad los colectores “caídos”.
Hay otras más mesuradas, como la del consejero de Simas, Guillermo Beick Hermann, que sin embargo reconoce que hay urgencia de empezar a arreglar estos colectores, antes que la situación se agrave y constituya un problema de salud pública.
En Torreón no existe una infraestructura de drenaje pluvial, por lo que la red de drenaje sanitario se sobrecarga en épocas de lluvia. La tromba del pasado martes puso a prueba a la ciudad y de nuevo, decenas de colonias en el suroriente, dan cuenta de que persiste la fragilidad en esta materia.
Se requieren millones de pesos para llevar a cabo obras de mejoramiento integral, pero Simas, si bien no puede considerarse en bancarrota, sí atraviesa por problemas de liquidez que le impiden solucionar cabalmente las necesidades en materia de infraestructura sanitaria.
Actualmente, el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento de Torreón espera que el Congreso del Estado autorice la gestión de un crédito por 64 millones de pesos para enfrentar la emergencia. Los empresarios laguneros aglutinados en el CLIP se unen para demandar celeridad en los trámites.
Ante los problemas financieros de la paramunicipal, de nuevo la ciudad debe esperar por los buenos oficios y voluntad por parte de los legisladores coahuilenses.
Simas requiere apoyo financiero urgente. Nuestros legisladores no deben tardar en tomar una decisión, ya que los torreonenses no se merecen, ni aceptarán que se juegue con su salud.
