El papel que juega hoy la Comisión Nacional del Agua como máximo garante y vigía del más valioso de nuestros recursos, está en entredicho.
Al hecho de que la extracción es mayor a la recarga en el Valle del Hundido y que las bombas continúan trabajando sin medidor; a la cuestionada pretensión de construir dos presas en el Aguanaval, hay que agregar la apatía -por no referir sospechosa dilación- con la que se responde ante la grave contaminación en el lecho seco del Río Nazas por las continuas descargas de aguas residuales que provienen del parque industrial de Gómez Palacio.
Es Rodolfo Walss Aurioles, director del Medio Ambiente del Ayuntamiento de Torreón, quien se encarga de evidenciar la escasa capacidad de respuesta de la CNA ante asuntos de suma gravedad para la Comarca Lagunera.
En comunicación oficial con el funcionario municipal, la dependencia federal asegura que no se puede proporcionar información sobre el cronograma de la construcción de la planta tratadora con la que el Ayuntamiento gomezpalatino debe sanear las aguas industriales, porque esta información es considerada reservada.
Y aún más: tampoco se puede informar sobre los impactos ambientales que ha sufrido el lecho seco del Río Nazas, porque no hay ninguna evaluación al respecto.
Mientras tanto, las aguas residuales que genera el parque industrial gomezpalatino, siguen formando lagunas en el Nazas, con el latente riesgo de filtraciones que podrían contaminar los acuíferos. El asunto es de tal gravedad que se pone en riesgo la salud pública y la viabilidad económica de toda la región... y aún así, la CNA prefiere guardar distancia y silencio.
