El viernes 24 de diciembre, el presidente municipal de Torreón, Guillermo Anaya Llamas, anunció que dará a sus 16 directores generales y a él mismo un mes de sueldo adicional como bono de “compensación” por el “buen desempeño” que han tenido dichos funcionarios en 2004. Por este concepto, el Municipio deberá erogar cerca de 800 mil pesos.
Sobre el asunto, valgan algunas anotaciones. En su edición del 24 de noviembre -exactamente un mes antes del anuncio- El Siglo de Torreón publicó que el alcalde, a pregunta expresa de si este año daría el bono a los integrantes de su gabinete, respondió que aún “no se decidía”, no obstante que en el Presupuesto de Egresos aprobado para 2004 ya existía una partida etiquetada para ese fin.
Argumentó en su momento que era necesario realizar una evaluación con el director de Finanzas “con base en los recursos disponibles y los parámetros de rendimiento”, aunque estos últimos no han sido explicados todavía.
Por otra parte, llama la atención que el edil se haya esperado hasta la víspera de la Navidad para hacer pública su “decisión”, cuando la atención de los ciudadanos se concentra en los preparativos de la Nochebuena y los asuntos relacionados a la administración pública suelen quedar relegados.
Estos “detalles” obligan a la reflexión. Más allá de la cantidad que tendrá que erogar el Municipio —la cual, dicho sea de paso, proviene del erario público—, resulta cuestionable la forma en la que se toma la “decisión” y se hace el anuncio. La justificación que Anaya Llamas da es simple y llanamente que los directores han hecho un “buen trabajo”.
La evaluación de la labor de los 16 servidores públicos hecha por el propio alcalde parece no contar con el rigor necesario, ya que nunca especifica cuáles son los parámetros de calificación. Además, cabe poner en tela de juicio el hecho de que sea el propio presidente municipal quien autorice para sí un mes de sueldo extra.
En todo caso, corresponde a los ciudadanos, que son quienes con sus impuestos pagan los sueldos de los burócratas, decidir si los funcionarios merecen o no un bono o quiénes sí y quiénes no.