Más allá de quién tiene la razón, el conflicto entre Vicente Fox y la Cámara de Diputados únicamente contribuye a que se desprestigie más la vida política del país.
Los argumentos enarbolados por ambos bandos sólo dejan al descubierto la ausencia de una visión de país, de un proyecto de nación. Así mientras el Ejecutivo afirma que el Presupuesto de Egresos aprobado, pone en riesgo la estabilidad económica de la nación, los diputados afirman que no hay riesgos, y únicamente habrá de destinarse menos recursos a gastos superficiales.
La gran conclusión es que nuevamente los diputados revisaron la propuesta de última hora, mientras que el Gobierno Federal se olvidó de cabildear su propuesta para lograr los consensos necesarios. En pocas palabras, la falta de diálogo nuevamente pone en aprietos al país.
La ausencia de operadores políticos ha sido la principal característica de este sexenio, así pues el divisionismo de los diferentes poderes se ha convertido en una telenovela demasiado larga para una población cada vez más decepcionada y desinteresada del acontecer nacional.
Especialistas del Derecho afirman que Vicente Fox carece de recursos legales para sostener la impugnación, por lo que este reclamo debe ser la oportunidad para volver a la mesa de negociaciones, para definir un pacto político donde más allá de los intereses partidistas se privilegie una visión de país.
Estos agarrones de la greña entre ambos poderes, para desgracia de la sociedad, se están convirtiendo ya en el clásico de invierno, en un cierre de año que sólo deja al descubierto la falta de oficio cívico de políticos que ven en esta actividad la oportunidad de ganar dinero sin mayor esfuerzo.