En México simplemente no se hacen las cosas bien, o al menos así lo percibe el Banco Mundial, que en su estudio “Crecimiento Responsable para el Nuevo Milenio: Sociedad Integrada, Ecología y Economía”, advierte que la apertura comercial y de los mercados pueden servir para mejorar la calidad de vida de las personas, pero también puede propiciar una mayor desigualdad en la repartición de la riqueza, tal y como ocurre en nuestro país.
El análisis es contundente al puntualizar que la integración comercial de México con Estados Unidos y Canadá ha beneficiado sobre todo a estos últimos países, mientras que en nuestro país prevalecen los rezagos.
Y aún más: el Banco Mundial compara a México con Etiopía cuando refiere que la liberalización puede incrementar la desigualdad de ingresos de la población. Hay que recordar que un informe del mismo Banco Mundial, publicado en julio pasado, apuntaba que la pobreza extrema y moderada se habían reducido en México durante los últimos años, aunque todavía poco más de la mitad de la población estaba catalogada como pobre.
Es por eso que el organismo internacional insistió en la importancia de aplicar políticas de apoyo y redes sociales, porque los sectores más vulnerables a las liberalizaciones son las poblaciones que viven en áreas alejadas o aquellos que tienen dificultades de acceso a crédito.
Y finalmente la advertencia al mundo, con México como ejemplo: “En los próximos 50 años, la gente más pobre del mundo podría vivir en cinturones de miseria dentro de las ciudades. Si la actual tendencia continúa, las megaciudades como Sao Paulo y México se convertirían en la norma en el mundo”.
En suma, en México no se hacen las cosas bien y hasta lo que en teoría debió beneficiarnos, es hoy un factor que acentúa las desigualdades y la pobreza.
