La noticia según la cual fue negado el acceso a una aeronave comercial a un discapacitado que deseaba regresar a Ciudad Netzahualcóyotl, después de que vino a La Comarca a presenciar un juego de futbol es lamentable. De acuerdo a la información, se trata de una persona afectada del síndrome de parálisis cerebral infantil que gusta del deporte referido y que como resultado de su afición conoce todos los estadios de la República Mexicana.
Hablamos de una persona en el sentido integral de la palabra, que a pesar de la desventaja que le aqueja tiene un oficio que le permite sostenerse, vive solo y como tal, es capaz de valerse por sí mismo. El personaje llegó a nuestra ciudad por vía aérea y después de disfrutar de su deporte predilecto y de haber recibido como regalo de un jugador la camiseta del equipo de Casa, se dispuso a regresar.
Cuál sería su sorpresa cuando al intentar subir a la aeronave que lo llevaría de retorno a su hogar, el capitán de la misma resolvió no admitirlo, por advertir en él un aspecto diferente del resto del pasajero promedio. Lo expuesto revela una ignorancia supina del piloto aviador y evidencia una falta de criterio de los responsables de la aerolínea y de los encargados del aeropuerto de nuestra ciudad que da pena.
Después de hechas las aclaraciones y asumidas las vergüenzas que corresponden, el visitante regresó a su lugar de origen por vía aérea tal y como había llegado dos días atrás. Lo anterior ofrece un botón de muestra que acredita la deficiencia de nuestra infraestructura aeroportuaria regional y una realidad lacerante: Seguimos siendo una sociedad discapacitada para tratar a sus discapacitados.