El asunto es en realidad simple: durante el proceso de construcción del Distribuidor Vial Revolución -magna obra y joya de la corona de la actual administración estatal- se ejecutaron ciertas “adecuaciones”, si no es que errores, que dieron por resultado una obra distinta a la proyectada en el diseño original.
Lo notable del asunto es que el Secretario de Obras Públicas del Gobierno del Estado, Jorge Viesca Martínez, lo sabía y avaló de hecho las modificaciones al diseño original, y sin embargo a la hora de la pomposa inauguración, se entregó a los torreonenses un distribuidor vial que en los planos permitía una circulación de 60 kilómetros por hora, pero que físicamente no admitía velocidades mayores a los 50 kilómetros por hora.
Al margen de que las deficiencies son evidentes y que nada justifica el desfase en los ejes de simetría entre el viaducto y las columnas que sostienen la plancha de concreto; las deformaciones en los neoprenos u apoyos y el “desplome” en –por ejemplo- la columna del viaducto Torreón-Periférico, lo cierto es que con las pendientes actuales (luego de dos reparaciones) no es seguro circular a la velocidad prometida, esos famosos e inseguros 60 kilómetros por hora.
Hoy, Viesca Martínez insiste en descalificar cualquier señalamiento sobre la obra y aún más, reduce a una supuesta campaña de desprestigio en su contra, los elementos técnicos que avalan la afirmación de que el DVR inaugurado y entregado a los torreonenses, no es el mismo que proyectaban los planos del diseño original.
Viesca se aferra a no reconocer ningún error y opta por mantener el velo del hermetismo y la cerrazón ante la legítima demanda ciuidadana de conocer y a detalle, todos los aspectos que tienen que ver con una obra de las dimensiones y expectativas creadas, como el Distribuidor Vial Revolución.
Bien haría el funcionario en responder en tiempo y con el sustento técnico a los señalamientos, en lugar de pretender confundir a la opinión pública con cortinas de humo como lo es esa falacia de que todo lo que se señale con respecto a la obra no es más que una campaña de desprestigio en su contra.