El debate de las ideas simplemente ha sido condenado al olvido. La clase política mexicana privilegia los insultos y las descalificaciones sobre las propuestas para ganarse adeptos.
Basta con prender la televisión para ser partícipe de comedias al estilo Big Brother, donde las diferentes corrientes y protagonistas del acontecer nacional aprovechan los medios para lanzar insultos y críticas, olvidándose del bien común.
En lo que va del año Ándres Manuel López Obrador y Vicente Fox se han encargado de enturbiar más el clima político, negando cualquier posibilidad de acuerdos. Una telenovela que ya cansó a la mayoría de la población.
Este panorama, por desgracia, se repite a nivel local. Los protagonistas son Rosario Castro Lozano y Luis Fernado González Achem. La primera alcaldesa electa de Lerdo, el segundo presidente saliente.
Mientras Torreón y Gómez Palacio crecen, Lerdo vive en el atraso económico. El relleno sanitario, la deuda millonaria del Sapal con la CFE, la planta tratadora de aguas residuales, son tan sólo algunos de los problemas que requieren solución urgente y que ambos políticos no están dispuestos a tratar, ya que hasta el momento han sido incapaces de sentarse en la misma mesa, mucho menos entablar un diálogo maduro y de altura.
Poca gente acudió a votar el pasado cuatro de julio. El mensaje de hartazgo y falta de credibilidad fue evidente. Por desgracia los políticos se niegan a verlo. Ojalá mañana Ándres Manuel López Obrador y Vicente Fox limaran asperezas, pero no estaría de más que en el ámbito local Rosario y González Achem dieran muestra de civilidad y dejaran de protagonizar enfrentamientos que a los lerdenses ya les cansaron.