Hoy, los estadounidenses votan y el mundo aguarda.
En lo que se anticipa como la elección más disputada de la historia, bajo las sombras de la amenaza terrorista y la pifia de hace cuatro años, los candidatos, el republicano, George W. Bush y el demócrata, John F. Kerry, pronostican que obtendrán la victoria y que hoy mismo por la noche se sabrá quién dirigirá a la nación más poderosa el orbe durante los próximos cuatro años.
Los candidatos entienden que la clave de la victoria está en la participación ciudadana, ya que ambos llegan al “Día D” prácticamente empatados y por eso Bush encabezó ayer siete mítines en seis ciudades, mientras que Kerry realizó seis mítines en cuatro estados diferentes.
En lo que bien puede constituir el mensaje final de campaña, el Presidente dijo que “la línea de meta está a la vista y tengo la energía y el entusiasmo para cruzarla para que Estados Unidos pueda luchar con todo su poder en la guerra contra el terrorismo”. Por su parte, el demócrata dijo que “este es el momento de que América rinda cuentas, es el momento en que el mundo ve lo que estamos haciendo y merecemos un Presidente que sepa cómo luchar más eficazmente contra el terrorismo para que el país sea más seguro”.
Según las estimaciones más confiables, hoy podrían acudir a las urnas entre 110 y 120 millones de personas, de los 205 millones en edad de votar. Además del Presidente, se elige a la totalidad de la Cámara de Representantes (el equivalente a la Cámara de Diputados) y a un tercio de la de Senadores, así como a once Gobernadores. Según las encuestas más recientes, los candidatos llegan prácticamente empatados, por lo que el fiel de la balanza –si las estadísticas tienen algo de razón- se encuentra en los indecisos.
La moneda sigue en el aire y el mundo a la espera hasta saber en dónde se va a descorchar la champaña, si en Boston (Kerry) o en Washington (Bush).
