Faltan sólo unas horas para que se abran las casillas en Estados Unidos y tanto demócratas como republicanos alinean ya a sus ejércitos de abogados para pelear en los juzgados por cada voto, ya que según las más recientes encuestas, la de mañana será la elección presidencial más reñida en la historia de nuestro vecino país del norte.
La moneda está en el aire, pero además, dos grandes fantasmas se disputan los honores de significar en los hechos y a la hora decisiva, el fiel de la balanza que otorgue el triunfo ya sea al presidente George W. Bush o al aspirante demócrata John Kerry. Estos espectros que contaminan el escenario político no son otros que el terror y el fraude.
Florida, donde gobierna el hermano del Presidente-candidato republicano, es otra vez, el centro de las sospechas, ya que en el condado de Broward, 76 mil papeletas de votación, enviadas por correo, nunca llegaron a su destino y hay quejas de que miles de votantes aún no han recibido sus votos por correo, muchos de ellos solicitados hace tres meses. En total, cerca de 300 mil personas, en los condados de Miami-Dade, Broward y Palm Beach -epicentro del escándalo ocurrido en las elecciones del año 2000, cuando George W. Bush ganó por 537 votos, después de 36 días de una feroz pugna legal- escogieron este sistema para votar, una cifra histórica que refleja, según los expertos, el grado de desconfianza que ha despertado este proceso electoral.
A esto hay que agregar el video de Osama bin Laden donde amenaza al pueblo estadounidense y que puede significar la puntilla para cualquiera de los candidatos, según se logre permear entre la ciudadanía. Para los demócratas el recordatorio de que Osama bin Laden esté fugitivo es el mayor fracaso de Bush, pero para los republicanos, la amenaza reforzó el que ha sido un argumento clave en la campaña del Mandatario: que Estados Unidos está en guerra y que él es la persona más adecuada para proteger al país.
Entonces no queda mas que aguardar cuál será la decisión de los estadounidenses y por la que el mundo entero tendrá que pagar, para bien o para mal.
