Simplemente el clima político que domina en el país, no es favorable para la toma de decisiones. Pasan los días y se aviva la incertidumbre: serán pocos los que se aventuren una apuesta sobre el resultado final de la pugna entre el Ejecutivo y la mayoría que conforma las fracciones del PRD y PRI, en el Legislativo y que mantiene como rehén el Presupuesto de Egresos 2005.
Y es que nadie se atreve a dar un paso en firme. La mesa de diálogo entre el Gobierno Federal y la Cámara de Diputados apenas se había instalado y ya los legisladores perredistas Alfonso Ramírez Cuéllar y Guillermo Huizar Carranza, anticipaban que existe un acuerdo entre las fracciones del PRI, PRD, PT, Convergencia y PVEM para escuchar los planteamientos de las autoridades hacendarias, pero no comprometerse a nada, mucho menos a generar expectativas para modificar el Decreto de Presupuesto.
En forma paralela, los secretarios de Gobernación, Santiago Creel y de Hacienda, Francisco Gil, se reunieron con el líder de la bancada priista, Emilio Chuayffet para discutir las vías que llevarán finalmente a subsanar los “errores” en el Presupuesto de Egresos. Hora y media después la reunión terminó como era predecible: sin ningún acuerdo.
Para el presidente Fox existe un claro manejo partidista en la distribución de los recursos que aprobaron los diputados. Para los legisladores, el proyecto de decreto que envió el Ejecutivo está plagado de errores. Posiciones en pugna que hasta el momento no han encontrado ningún “punto medio” que permita superar la crisis.
El país, entonces, tendrá que seguir aguardando por el vencedor de este juego de pulsos, al igual, seguramente, que lo hacen miles de inversionistas en todo el mundo, en este nuevo episodio de la telenovela en que se ha convertido la dolorosa, inacabada y poco eficiente transición democrática.
