Mientras Torreón y Gómez Palacio pueden presumir de fuertes inversiones, Lerdo no crece al parejo de sus vecinos. Pareciera que en la Ciudad Jardín las manecillas del reloj se han detenido.
En los días de campaña tanto Rosario Castro, hoy Presidenta Electa, como David Núñez, aceptaban la metáfora. Ambos reconocían el grave rezago que enfrenta el municipio, donde aproximadamente el 30 por ciento de la población no cuenta con servicio de agua potable y redes de drenaje. En los últimos años el cierre de maquilas ha propiciado un alarmante desempleo.
El panorama se agrava con los adeudos que tiene el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Lerdo: un millón 500 mil pesos a la Comisión Nacional de Agua, además de 600 mil pesos a la Comisión Federal de Electricidad. Por si fuera poco, SAPAL enfrenta un rezago del 50 por ciento, pues la gente se niega a sufragar el servicio y eroga más de un millón de pesos en el pago de nómina y sostenimiento del parque vehicular.
Para evitar el corte del agua, que perjudicaría a 60 mil usuarios, el pasado jueves de urgencia se autorizó una transferencia de 275 mil pesos y abonar así a la Comisión Federal de Electricidad. Los regidores se dicen extrañados porque en reuniones previas con el director de SAPAL, nunca se les informó de la gravedad del problema.
Ante esta situación preocupa la falta de explicaciones por parte del alcalde, Luis Fernando González Achem, quien ante los cuestionamientos de los medios de comunicación afirma que él también fue avisado de última hora.
A esta vicisitud se suma la falta de la planta tratadora, el conflicto jurídico del relleno sanitario, la deuda de Gastos a Comprobar. Sin duda, la próxima administración tiene mucho trabajo por hacer, las cosas no se ven fáciles y se requerirá de una gran habilidad para solucionar los problemas de atraso que enfrenta Lerdo.
