Cuando la realidad reduce prácticamente a letra muerta el marco legal de referencia; cuando la Ley no se cumple en los hechos por corrupción de aquellos que cargan la encomienda de hacerla valer, por incapacidad estructural y/o operativa de las autoridades para atender en tiempo y forma cada uno en los “focos rojos” o bien, porque simplemente las condiciones sociales han rebasado y por mucho el escenario que el texto legal pretende controlar, es tiempo de plantear “ajustes”.
Tal es el caso del Reglamento de Alcoholes en Torreón, que permanentemente se encuentra bajo el fuego cruzado del clandestinaje y la venta sin restricciones en municipios colindantes.
Por lo pronto, los regidores que integran la Comisión de Control Reglamentario analizan una propuesta para modificar algunos rubros del actual reglamento que pretende lograr un mayor control sobre la venta de bebidas etílicas y a la vez, tomar en cuenta consideraciones de tipo económico.
El director de Finanzas del Municipio, Jorge Handam, advierte la conveniencia de realizar ajustes al marco legal para adecuarlo a las nuevas condiciones sociales y comerciales que imperan en Torreón.
Lo cierto es que la venta sin restricciones en Gómez Palacio y la misma proliferación de clandestinos en Torreón, obligan a las autoridades a replantear con seriedad y realismo, la conveniencia de mantener los actuales horarios. Resultan letra muerta, ejemplo de simulación y abren además la puerta para que el próspero e ilegal negocio de vender bebidas alcohólicas “fuera de horario” inunde literalmente las calles.
Los usos y costumbres no cambian por Ley. Sin demanda, no hay oferta y ésa es la realidad que deben ponderar quienes hoy analizan eventuales modificaciones al Reglamento de Alcoholes.
