Marta Sahagún, Primera Dama del país, no buscará la Presidencia de la República. Así lo confirmó ayer en un texto breve que sin embargo no despeja otros temores.
Por las palabras con que está construido, el mensaje de Sahagún se antoja una determinación de último minuto: “Estoy consciente de mis responsabilidades, también de los límites que impone nuestro momento histórico. El momento es propicio para las grandes decisiones. Ésta es la mía.” Con ese calificativo de “gran decisión”, la señora Marta parece anunciar la renuncia a un plan establecido o por lo menos meditado. Luego entonces, es natural que no se apaguen otras inquietudes.
La primera se refiere al peso excesivo que otorga el Presidente a su consorte en las grandes decisiones que competen a México. En ese sentido, la disposición de Sahagún es tardía. Un reflejo de ello es que el recién “destapado” ex secretario de Energía, Felipe Calderón, señaló que si triunfa en 2006 no habrá “pareja presidencial”. Ese término que sugiere un binomio en el poder, fue acuñado por el propio Fox. Ahora, inexorablemente se vuelve en su contra. ¿La búsqueda de “más poder para las mujeres” se verá reflejada en esta dinámica? La interrogante queda abierta.
En sentido inverso –el apoyo de la mujer a su esposo- también hay pérdidas: tras el Presidente se dibuja una Primera Dama que intenta darle fuerzas cuando ya se ha vuelto el blanco preferido de los críticos. Sahagún es ahora el punto más débil de la administración de Vicente Fox y busca frenar con una simple declaración un alud de señalamientos y reprobaciones que provienen no sólo de actores nacionales, sino de más allá de las fronteras.
Ayer mismo, el diario The New York Times publicó un artículo en donde dice que las ambiciones de Doña Marta están causando un caos dentro del partido Acción Nacional y en el Gabinete Presidencial. Peor aún: “Martita” –como la llama el rotativo norteamericano- amenaza con debilitar la incipiente democracia mexicana.
A las recién descartadas aspiraciones presidenciales de Sahagún habría que agregar al menos otro tema que demanda explicaciones: los supuestos desvíos en la Lotería Nacional a favor de la fundación Vamos México y el mal manejo de los recursos en ese organismo altruista. La conclusión del caso es aún lejana, pero es innegable que podría traer repercusiones no sólo para Fox y para Acción Nacional, sino para todo México.
