Como lo hemos sostenido en otros momentos, es importante que se investiguen los crímenes del pasado y en su caso se finquen las responsabilidades que procedan. Porque no es saludable que violaciones a la Ley consideradas como graves queden impunes y de ahí que la Fiscalía Especial para Movimientos Políticos y Sociales del Pasado esté obligada a realizar su trabajo de manera trasparente y cuidadosa.
No es prudente que se creen expectativas que no se pueden cumplir por existir obstáculos legales insalvables, de manera que la fiscalía tiene que ser muy clara en sus planteamientos públicos, pues una cosa es llamar a declarar al ex presidente Luis Echeverría por su presunta participación en algunos de esos crímenes del pasado y otra muy distinta poderle fincar la responsabilidad del caso y como consecuencia de ello una sanción de tipo penal.
Mencionamos lo anterior, porque aún en el supuesto de que se pudiera probar la participación de personas como el ex presidente o la del ex titular de la nefasta Dirección Federal de Seguridad, Miguel Nazar Haro, hay un elemento que debe ser cubierto por la Fiscalía y es el relativo a la posible prescripción de esos delitos, toda vez que se trata de ilícitos del fuero común y por lo tanto la Ley establece un término de prescripción que puede haber operado ya.
En ese contexto, no se deben echar a volar las campanas de júbilo con la sola detención de Nazar o la eventual comparecencia de Echeverría, porque puede confundirse a la sociedad si se llegara el caso de que un juez federal conceda, por ejemplo, un amparo declarando prescritos esos delitos, lo que permitiría a los responsables liberarse de cualquier castigo y entonces, la decepción que sufriría la sociedad sería tal, que reafirmaría su incredulidad en las instituciones nacionales.
