La falta de la Reforma Fiscal integral que se esperaba del último período ordinario de sesiones del Congreso de la Unión, ha generado un presupuesto austero para el sector público en el año que inicia. Lo anterior aunado a la exigencia del Congreso en el sentido de que no sean afectados los programas sociales, ha llevado al Gobierno Federal a decretar una reducción de la nómina burocrática, lo que desde luego incidirá en desempleo.
En el Presupuesto de Egresos se contempla la eliminación de veinticinco subsecretarías en las distintas carteras del Poder Ejecutivo, lo que implica la supresión de plazas y el consiguiente despido de empleados públicos. Estos efectos son consecuencia de las decisiones tomadas por el propio Congreso y por ello, sorprenden las declaraciones del diputado priista duranguense Ulises Adame, en el sentido de que los despidos obedezcan a un interés partidista.
De acuerdo a lo expresado por el legislador mencionado al reportero de El Siglo de Torreón, el Gobierno Federal realiza los despidos con el objeto de acomodar en las vacantes a personas afines al partido en el poder. La acusación de referencia amerita ser sustentada, porque con ser negativos de suyo los recortes, la discordia que implica el señalamiento deteriora aún mas la salud de nuestra vida pública y enturbia el ambiente.
El análisis y conclusión a que llega el diputado en mención en nada ayuda a la solución de los problemas económicos del país ni mejora nuestras formas de convivencia social. Este tipo de actitudes son las que decepcionan a una ciudadanía cansada de que nuestros diputados, incapaces de hacer política de altura, dediquen su tiempo al denuesto del adversario y al ataque irracional.
