El Siglo de Torreón
Torreón, Coah.- La necesidad de decir lo que sentía fue lo que llevó a Alfonso a irse introduciendo en el mundo de la música y de la composición. Le costaba mucho expresarse, se le hacía un nudo en la garganta cuando quería decirle a su mamá o a sus hermanos que los quería y no se diga al momento de iniciar una relación amorosa.
Lo recuerda a la perfección, tenía 20 años cuando empezó a tocar guitarra y 25 cuando compuso su primer tema. Finalmente Alfonso había encontrado la manera perfecta de comunicarse, se sentía como pez en el agua, las palabras se formaban en su mente con mucha facilidad. Todo era motivo para escribir, desde un bello día, el encuentro con ciertas personas, su ciudad...
?Pero al principio sí me daba vergüenza enseñar mis canciones porque eran muy cursis, no me gustaba que nadie las viera. Pero ahora me doy cuenta que lo cursi de la composición es lo bonito, lo que realmente funciona. Lo simple no tiene chiste, hay palabras que usan en las canciones que están feas. Lo cursi es lo que realmente llega al corazón?, dice el señor Alfonso ayudado por el incesante movimiento de sus manos.
Pese a que sus temas son buenos y con bellos mensajes, hasta el momento este hombre ha tenido que conformarse con grabarlas él mismo. Tiene alrededor de 60 canciones registradas, las ha entregado a diferentes artistas, pero aún no recibe la notificación de que alguno de ellos esté interesado.
?Da coraje del bueno e impotencia que canciones tan feas se hagan famosas, canciones que caen en lo vulgar. Creo que esto se debe al nivel de educación y cultura que tenemos en el país. Muchas personas prefieren la porquería, desafortunadamente se vende mucho lo que no sirve?.
Y no es que el señor Alfonso envidie a los artistas que venden sus discos como pan caliente pese a que no cantan, simplemente lamenta que el público no sea más selectivo con lo que oye.
?Yo canto en la Plaza de Armas y también lo he hecho en el teatro Isauro Martínez. Con mucha sinceridad le digo que para mi es lo mismo cantar en uno u otro lugar, nunca significará más presentarme en un teatro que en la calle. El público que va a la plaza es tan hermoso, que sus aplausos son los que le pagan a uno?. El próximo 28 de abril, Alfonso González Álvarez recibirá un reconocimiento, de parte del Coro de las Cien Voces, en el Auditorio del Centro Cultural José R. Mijares. Para él es un orgullo que sus compañeros y gente que durante mucho tiempo han hecho música en la región, lo crean digno de tal.
Ya son muchos años los que este hombre originario de Cuencamé, Dgo. le ha dedicado a la música. Asegura que si muriera en estos momentos, puede decir con toda confianza que es feliz. ?Trato siempre de estar en equilibrio tanto en lo emocional, lo social y sentimental. Desde hace 18 años tengo mi propia farmacia, con lo que tengo soy feliz, no me interesa tener dinero porque se tienen muchos problemas. Siempre me verán cantando y componiendo con mi guitarra?, finalizó.