Por Eunice Martínez Arias
El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- Detrás del exitoso abogado Mario Espinoza hay una historia que muchos desconocen...
Cuando apenas tenía seis años de edad, se fugó de su casa como una salida para no ver cómo sufría su madre. Las calles de Ciudad Juárez se convirtieron en su hogar, la gente que lo rodeaba era su familia, tuvo que trabajar para subsistir.
Pero de no suceder esto, él nunca hubiera dado con el circo Atayde Hermanos y mucho menos con su gran amigo, el payaso Bellini; el mismo que le daba sus enormes zapatos a bolear y el que lo fue introduciendo al difícil arte de hacer reír. Sin él, definitivamente Mario Espinoza nunca hubiera llegado a ser Tortillín, el payasito que tantas satisfacciones le ha dado a La Laguna.
Así es, detrás del hombre de corbata y saco se esconde quien durante 35 años ha animado las fiestas y reuniones de muchos niños de la región y el que fundó en 1994 el Grupo Lagunero de Payasos A.C.
Mario Espinoza llegó a la Comarca a la edad de 15 años pero no fue sino hasta los 17 cuando ofreció su primer show como payasito. “Recuerdo que era una fiesta de mi familia y que me pinté la cara con blancol”.
Pero realmente el primer acercamiento de este hombre con el circo se dio a los 12 años cuando aún vivía en Juárez, Bellini lo invitó a ser su patiño en el Atayde Hermanos durante año y medio. “De hecho mi sueño era andar en el circo pero las cosas no se dieron”.
Ahora que ve hacia atrás, Mario Espinoza se percata de las difíciles situaciones que ha superado y las que le faltan, pero a pesar de que las cosas se compliquen las ve con optimismo y lo transmite a la gente que lo rodea.
-¿Su familia se ha llegado a sentir avergonzada de usted por ser payaso?
-Sí, hubo un tiempo en que mis hijas no entendían que fuera payaso, les daba vergüenza, no querían, pero después lo entendieron.
Y es que, más allá de gozar de una buena posición o haberse convertido en un prestigioso abogado luego de que trabajara como bolero y barrendero, la mayor satisfacción de Mario Espinoza es llevarle felicidad tanto a niños como adultos y más aún, a los que padecen alguna enfermedad.
“Mi sueño es que la gente tenga una mejor calidad de vida, que nadie tenga necesidades... realmente yo le agradezco a Dios y a la vida todas las oportunidades que me han dado. No tengo con qué pagarles”.
LA VIDA, SU MEJOR ESCUELA
Mario Espinoza, también conocido como Tortillín, comenzó sus estudios muy tarde, incluso fue hasta 1994 cuando se recibió de abogado.
-Asegura que un payaso nace, “no se hace”.
-Vita Uva, Tribilín y Bellini le han servido como base.
-Al principio realizaba su maquillaje con crema Teatrical y ceniza.
-Asegura que actualmente hay muchos payasos que se mofan de los defectos de los niños para hacer reír, “y eso no está bien”.
-Tiene rutinas tanto para niños como adultos. Se basa únicamente en la vida misma para hacerlas.
-Entre sus tiliches nunca falta un silbato, globos y paletas.
-Tuvo la suerte de acompañar a Patch Adams en la reciente visita que hizo a La Laguna.
-Visita frecuentemente el Hospital Infantil y otro tipo de instituciones para presentarse gratuitamente y divertir aunque sea por unos instantes tanto a los niños como a sus familias.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
