EFE
Los Ángeles, EU.- Agentes policiales cumplieron ayer una orden judicial al registrar el rancho Neverland del cantante estadounidense Michael Jackson, situado en las proximidades de la localidad costera californiana de Santa Bárbara.
Los agentes encargados de la investigación sólo admitieron que presentaron una orden de registro, pero no han querido informar de la razón para esta nueva intervención policial o qué es lo que buscan.
Jackson, 46 años, está acusado de pederastia en un juicio que comenzará el 31 de enero.
El rancho Neverland fue objeto de un exhaustivo registro el 20 de noviembre del pasado año en relación con denuncias de que Jackson había abusado a un menor de catorce años.
Nunca se ha dado a conocer lo que se consiguió durante ese registro, dada la orden judicial de silencio que se mantiene sobre este caso. Jackson, quien se encuentra en libertad bajo fianza, se ha declarado inocente de todos los cargos.
El portavoz de la oficina del jefe de policía del condado de Santa Bárbara, Chris Pappas, señaló que la orden de registro se presentó a las 9:00 hora local y su ejecución continuó a lo largo de la mañana.
Protesta con sangre
Un canadiense intentó salpicar con sangre la escultura ?Michael Jackson y Bubbles (Burbujas)?, del artista Paul MacCarthy, perteneciente a la colección Flick que se expone en Berlín, según informes de la policía y del museo Hamburger Bahnhof de la capital alemana.
Si bien los guardias de seguridad lograron impedir que se dañara la obra, Istvan Kantor, que se considera a sí mismo un artista, logró lanzar la ampolla con sangre sobre una pared vacía del museo, agrega la fuente.
Kantor, de 55 años, ya era conocido por realizar este tipo de ?acciones con sangre? en otros museos. En un noticiero alemán el canadiense señaló que quería demostrar ?cómo la sangre se convierte en oro y el oro en sangre?.
La muestra está rodeada de una fuerte controversia y se le reprocha al coleccionista de arte y heredero industrial Friedrich Christian Flick que haya forjado la colección en base a la herencia de su abuelo.
Friedrich Flick fue uno de los principales proveedores de armamentos del nazismo y utilizó esclavos en su fábrica de armas. Fue condenado por crímenes de guerra por los tribunales de Núremberg.