Londres, (EFE).- Una nueva prueba que permite detectar a los afectados por el virus de la tuberculosis en tan sólo un día y con más fiabilidad que la de la tuberculina ha sido desarrollada por científicos de la Universidad de Oxford.
Hace 110 años que se hace la prueba de la tuberculina y desde entonces no se había encontrado ningún otro modo de detección.
La nueva técnica cobra especial importancia después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara recientemente una situación de emergencia ante el rebrote global de la enfermedad.
La prueba que recibe el nombre de T Spot-TB y ha sido desarrollada por los laboratorios Oxford Immunotec, ayudará a diagnosticar la enfermedad rápidamente y a frenar el contagio.
El tradicional test implicaba la inyección de la tuberculina bajo la piel y esperar unos tres días para conocer los resultados en función de la reacción del tejido cutáneo.
El problema radicaba en que la prueba daba falsos positivos en aquellas personas que habían sido vacunadas contra la tuberculosis o habían estado expuestas a microbios similares.
También podía dar falsos negativos en personas con el sistema inmunológico débil, lo que incluía a bebés, ancianos, indigentes, afectados con el HIV y pacientes que han sufrido trasplantes.
Hasta ahora, la mitad de las personas que seguía un tratamiento contra la tuberculosis no tenían dicha enfermedad.
Normalmente, tras un largo periodo de tratamiento a base de antibióticos se podía eliminar la bacteria, pero el mayor problema radicaba en la dificultad de detección de la misma, ya que un afectado podía infectar a 10 o 15 personas tosiendo, estornudando o hablando con ellos.
El nuevo método se basa en un análisis de sangre en el que se averigua si hay presencia de determinadas células inmunológicas que se activan ante la presencia de una proteína producida por la bacteria de la tuberculosis, pero no por los anticuerpos de la vacuna. En un día se obtienen los resultados.
La T Spot-TB produce muchos menos falsos resultados que su predecesora y es efectiva incluso en personas con las defensas bajas o que han sido vacunadas, de forma que se puede actuar directamente sobre aquellos que realmente lo necesitan.