México, DF.- En el último trienio se han perdido al menos un millón de empleos formales en la industria a consecuencia de los gravámenes aprobados por el Legislativo, lo que ha motivado que diversos sectores pidan la respuesta obligada de aquellos diputados que aprueban impuestos, en tanto no haya una Reforma Fiscal Integral.
El Impuesto Sustitutivo de Crédito al Salario (ISCAS), el aumento al Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS), el Impuesto Suntuario, el nuevo gravamen a la fructosa y las reformas al Régimen de Pequeños Contribuyentes (Repecos) aprobados durante la pasada legislatura, han propiciado el cierre de industrias y comercios, así como la pérdida de más de un millón de empleos.
Las industrias afectadas por estas decisiones impositivas son diversas: igual ha resultado dañada la industria restaurantera que la de bebidas alcohólicas; el servicio de telefonía celular que el de televisión por cable.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) responsabilizó a los actores políticos del país por la pérdida de la posición de México como nación más atractiva para las inversiones en Latinoamérica.
“No es de extrañar que la competitividad de los negocios vaya a la baja si se mantienen estructuras de mercados que lo distorsionen, como los monopolios en el sector energético ”.
“La falta de visión de los actores políticos (en México) ha propiciado la pérdida del status de la nación más atrayente de la región de América Latina”, agregó el organismo en el documento titulado “Punto de Vista. Índice de Competitividad de los Negocios”.
