WASHINGTON, (Reuters).- Es aconsejable revisar las orejas de un extraño antes de provocarlo por cualquier motivo, recomendaron investigadores estadounidenses.
Los expertos determinaron que los hombres y mujeres con extremidades asimétricas -orejas, dedos o pies de diferentes tamaños o formas- tienen más probabilidades de reaccionar agresivamente cuando se les molesta o provoca.
Esto podría tener sentido, según un equipo en la Universidad Estatal de Ohio. Fumar o beber durante el embarazo podría estresar al feto de diferentes formas, causando no sólo pequeñas imperfecciones físicas, sino también un menor control de los impulsos.
"Los (factores) estresantes durante el embarazo pueden conducir a partes del cuerpo asimétricas. Los mismos estresantes afectarán el desarrollo del sistema nervioso central, que involucra control y agresión", dijo Zeynep Benderlioglu, quien encabezó el estudio.
"Por eso, aunque la asimetría no causa agresión, ambas parecen estar relacionadas con factores similares durante el embarazo".
Benderlioglu, Randy Nelson, un profesor de psicología y ciencias neurológicas, y Paul Sciulli, profesor de antropología, informó sobre sus hallazgos en la Revista Estadounidense de Biología Humana.
En el estudio, los expertos dijeron a 100 estudiantes universitarios que estaban participando en un estudio de habilidad persuasiva, pidiéndoles que llamaran a personas para recaudar dinero para causas caritativas.
Sin embargo, sus llamadas eran recibidas por dos personas que siguieron un guión. Uno se lamentaba de no tener dinero para donar y otro se comportaba de forma agresiva, desafiando a quien llamaba y a la organización caritativa.
Los investigadores habían intervenido los teléfonos de los estudiantes para medir cuán duro colgaban el teléfono después de la llamada.
Mientras más asimétricas eran sus orejas, dedos y pies, más tendían a usar mayor fuerza al colgar el teléfono. Era más probable que las mujeres tiraran el teléfono cuando las desafiaran, mientras los hombres parecían más furiosos cuando se les rechazaba amablemente, según el estudio.
"La investigación han mostrado que los hombres son más rápidos en enfurecerse que las mujeres", dijo Benderlioglu. "Pero aunque los hombres a los que no se provoca son generalmente más agresivos que las mujeres, las diferencias de género desaparecen ante la provocación, o las mujeres de hecho se ponen más agresivas que los hombres".
También podría ser que los hombres terminaron la llamada agresiva antes de que subiera más de tono, agregó.