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MOSCÚ, RUSIA.- Se creía que la lucha contra el terrorismo acercaría a Rusia y a Occidente. Empero, tres años después de los ataques del 11 de septiembre, una serie de atentados contra Rusia ha provocado fuertes acusaciones de que occidente está entorpeciendo la batalla de Moscú contra los terroristas, y sugerencias de que podría estar ayudándolos.
Los ataques en este país -el más reciente con una toma de rehenes que terminó con la muerte de más de 338 personas en un colegio- hicieron que la comunidad internacional manifestara innumerables condolencias ante una dolida Rusia.
Sin embargo, el manejo que el Kremlin hizo de la crisis y sus políticas en Chechenia también han provocado profundas críticas desde el exterior, que fueron seguidas por una furiosa reacción rusa. El intercambio ha dejado al descubierto las grandes diferencias en las posiciones sobre el futuro de Rusia y amenazan con ensombrecer la unidad contra un enemigo común.
“Hubo una gran cantidad de condolencias y compasión hacia Rusia”, manifestó Yevgeny Volk, titular de la oficina de Moscú de la Fundación Heritage.
“Pero en cuanto a las razones de esta tragedia, las raíces profundas, las posiciones de Rusia y de occidente aún son muy diferentes”, sostuvo.
Rusia ha acusado a los Gobiernos occidentales de interferir, demandándoles que entreguen a rebeldes chechenos a los que les concedieron asilo, y denunció los llamamientos extranjeros para que dialogue con los separatistas.
En un discurso televisado a todo el país, el presidente Vladimir Putin sugirió que algunos occidentales están ayudando a los terroristas.
Dijo que los ataques contra las autoridades rusas son alentados por fuerzas extranjeras que temen a sus armas nucleares, lo que los analistas interpretaron como una referencia indirecta a Estados Unidos.
El apoyo de Putin a Estados Unidos durante los días de los ataques de 2001, acercó a Rusia a Occidente, pero los lazos con el Gobierno norteamericano y con la administración británica se tensaron por la guerra en Irak y otras disputas.
Los rusos más radicales sienten que Putin ha realizado concesiones a occidente y no ha recibido nada a cambio, sólo críticas.
Desde la toma de rehenes en la escuela, la furia rusa se ha alimentado aún más con la insistencia extranjera de que la política del Kremlin en Chechenia contribuyó al incremento del terrorismo en Rusia. Putin y otros funcionarios negaron esa relación.
La respuesta de Putin a los ataques -nombramientos de gobernadores regionales que consolidan el poder, abolición de elecciones directas de legisladores de algunos distritos, entre otras medidas- y las imputaciones de intimidación oficial a los medios rusos, han generado fuertes preocupaciones en occidente, que ya estaba intranquilo por las señales de un alejamiento de la democracia durante sus cinco años como Presidente.