EL SIGLO DE TORREÓN
MATAMOROS, COAH.- Cerca de las diez de la mañana un sonido en el centro de la ciudad comienza a escucharse. Las amas de casa se levantan a preparar el desayuno, mientras los ?fayuqueros? instalan puesto y tiran sus bultos de ropa al suelo.
La avenida Zaragoza es invadida en un tramo de casi cuatro cuadras por vendedores ambulantes que ofertan sus productos a precios inigualables. Desde 20 a 40 pesos un pantalón de mezclilla de segunda mano.
Pocos objetos son nuevos. Los tenis y algunos electrónicos son dos de ellos. Desde temprano la gente empieza a llegar. Unos a pie, otros en carro y los más aventurados en bicicletas. Pero todos transitan por donde mismo: la calle.
Sobre una sábana las prendas de vestir descansan a la espera de un comprador. La variedad y cantidad de ropa existente evidencian un remate de las mismas. La gente tarda más tiempo en escoger que en comprarla.
La búsqueda de ropa que los vendedores ponen el piso, escenifica una rutina en la vida de mucha gente: ?esculcan? hasta donde sea posible para escoger la ?garrita? que más se asemeje a una nueva o semi nueva.
Desde hace diez o 15 años, los ?fayuqueros? se mantienen en el mismo lugar. Pero en esas fechas sólo existían unos tres ó cuatro. En el transcurso de los años, varios motivos originan una expansión territorial que ya alcanzó la plaza principal.
La Pabellón, Libertad y Niños Héroes son calles que todos los fines de semana son ocupadas por estos vendedores. Provocan cualquier cantidad de problemas: viales, de tránsito, de imagen urbana y hasta de pueblo.
Las oficiales de tránsito resultan insuficientes en cada esquina. Su capacidad al igual que muchos de sus otros compañeros son rebasados por la afluencia de autos y gente. Los conductores esperan impacientes cuando el agente de tránsito detiene a los vehículos para ceder el paso a un peatón.
Los niños y jóvenes en bicicleta ponen en riesgo a la gente que camina por las calles. Las banquetas son intransitables. Algunos puestos se extienden más allá, ocupando los cajones de estacionamiento.
Los agentes lo toleran. Su trabajo es más cansado los sábados y domingos pero aún así soportan que los vendedores de alguna forma les intensifiquen el trabajo a ellos. La gente está molesta con el tráfico, con los conductores y con los ciclistas.
Pasan tan cerca tanto uno como el otro y en ocasiones los gritos y recuerdos a la madre relucen y resaltan la intolerancia. No hay orden y no se ve alguien que pueda ejercerlo. La actividad de los vendedores genera varios problemas que a mucha gente disgusta.
SURTIDO
Gran variedad de artículos y prendas de vestir pueden encontrar los ciudadanos de Matamoros en la Fayuca.
*Tenis.
*Pantalones.
*Camisas y playeras.
*Electrónicos.
*Accesorios deportivos.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón