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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las autoridades descubrieron otro cuerpo descuartizado y sin cabeza en la costa atlántica de Honduras, se informó oficialmente ayer.
El vocero de la policía, José Vásquez, dijo que el cadáver pertenece a un hombre. Sus brazos y piernas estaban esparcidos en el lugar. Presentaba por lo menos dos impactos de bala y dos machetazos en el tórax.
En el sitio, sin embargo, no apareció el brazo derecho ni la cabeza. Una mujer lo halló el jueves tirado en una plantación de caña en las afueras de Chamelecón, cercana a San Pedro Sula, segunda ciudad del país a unos 180 kilómetros al norte de Tegucigalpa.
Los médicos forenses de la fiscalía investigan el cadáver con el fin de identificarlo.
Vásquez dijo que “los pandilleros juveniles (conocidos como mareros) son los culpables de esta muerte”. Desde agosto han ocurrido 15 casos similares de personas descuartizadas, en su mayoría en San Pedro Sula. Y la policía atribuye esos crímenes a los mareros.
Sólo tres víctimas han sido identificadas hasta ahora y nadie está en prisión por los asesinatos. Los cuerpos de decapitados y descuartizados han sido encontrados en parques públicos, algunos de ellos con mensajes escritos desafiantes dirigidos al presidente Ricardo Maduro.
El gobernante combate a las pandillas o “maras” y participa en frecuentes redadas de la policía y el ejército.
Seguridad escolar
La policía comenzó ayer a proteger unos seis colegios estatales de Tegucigalpa, con más de 40 mil alumnos, asediados por pandilleros juveniles.
“Realizamos un registro y patrullajes permanentes en esos centros para proteger a alumnos y maestros”, dijo la jefe de la policía nacional, comisionada Coralia Rivera.
“Se trata de garantizar la vida de los muchachos, que son amenazados por la violencia”, añadió.
El ingreso de personas a los colegios es supervisado por las autoridades y la policía se dispone a desmantelar los negocios que venden drogas en los alrededores de ellos. “Intentamos prevenir nuevos episodios criminales y de delincuencia común”, subrayó.
La medida se extendió a la Universidad Nacional Autónoma, al este de la capital, con 50 mil alumnos y cuatro mil empleados.
La decisión de la policía se adoptó luego que en esos centros educativos capitalinos se intensificaron los asaltos a mano armada, violaciones sexuales, secuestros momentáneos y robo de automóviles.
En el Instituto Central de Tegucigalpa, con 12 mil alumnos, seis muchachos se liaron a tiros la semana pasada.
En el Central, el principal centro de educación del país, operan las denominadas Mara Salvatrucha y La 18, que aterroriza a los adolescentes, sus padres y catedráticos.
Los pandilleros o “mareros” cobran hasta un dólar diario a cada muchacho por entrar o salir del local.
El director del Instituto Bella Vista, Roberto Ordóñez, aseguró que “los mareros roban las mochilas y joyas a los alumnos y los invitan a sumarse a las pandillas con la amenaza de matarlos”.
Agregó que “los adolescentes son influenciados por temor... y así se convierten en mareros”. El colegio está al oeste de la capital.
Ordóñez informó que los mareros han violado muchas alumnas, tras retenerlas por la fuerza en hoteles y casas. “Y la inseguridad de los colegiales y de nosotros es precaria”.
