Amenaza el Gobierno norteamericano con matar al clérigo Shii Al Sadr.
EL SIGLO DE TORREÓN/AGENCIAS
BAGDAD, IRAK.- El temor entre los civiles extranjeros que se encuentran en Irak, se ha esparcido. Una ola de secuestros azota al país, como la nueva modalidad de los insurgentes para ejercer presión en los gobiernos de la coalición.
Ayer once civiles rusos y dos reporteros checos fueron secuestrados en Irak, mientras continúa la incertidumbre acerca del destino de tres civiles japoneses horas después de haber vencido el plazo dado por los secuestradores para su puesta en libertad. Sin embargo, rebeldes iraquíes entregaron ayer a un grupo de siete chinos que fueron raptados a las primeras horas del domingo.
Mientras, sigue vigente el frágil “alto el fuego” en la turbulenta ciudad de Fallujah, pese a que aparentemente fue violado dos veces en las últimas doce horas, durante las cuales murieron diez iraquíes.
Fuentes rusas, citadas por la cadena de televisión qatarí Al Yazzera, afirmaron que once rusos que trabajan para una compañía energética de su país en Irak fueron secuestrados tras un enfrentamiento con guardias iraquíes.
“Las once personas trabajan en la central eléctrica de Ad Dura, en Bagdad. Nuestra compañía actúa en favor del pueblo de Irak”, dijeron las mismas fuentes, que no descartaron que dos de los guardias iraquíes murieran en el tiroteo.
El secuestro de los once rusos se produjo poco después de la puesta en libertad de siete civiles chinos capturados ayer por insurgentes iraquíes cerca de la ciudad suní de Fallujah, a 50 kilómetros al oeste de Bagdad.
Sin dar detalles sobre la liberación, el jefe del equipo responsable del restablecimiento de la embajada china en Bagdad, Sun Bigan, dijo que los secuestrados “se encuentran a salvo ahora”.
Los siete ex rehenes, todos hombres de entre 18 y 49 años y cuyos nombres no han sido revelados, están ahora bajo el cuidado de una asociación de clérigos islámicos locales “en un lugar secreto”.
Tras conocer el secuestro, el Gobierno chino se puso en contacto con la administración provisional iraquí y dio instrucciones a su ministerio de Relaciones Exteriores y a su oficina diplomática en Bagdad para crear un grupo especial que negociara la liberación.
En esta misma carretera en donde se efectuó el rapto de los chinos días antes habían sido secuestrados tres civiles de Japón, país miembro de la Coalición, sobre cuya suerte se cierne una gran incertidumbre.
El plazo dado por sus captores, un grupo hasta el momento desconocido que se denomina las “Brigadas de los Muyahedin”, para ejecutar al primero de ellos expiró a las 17:00 hora local de ayer.
En un primer momento, los secuestradores, que exigieron la retirada de las tropas japonesas de Irak, dieron tres días al Gobierno de Tokio para abandonar el país, plazo que expiró ayer.
Un diplomático japonés indicó desde Ammán, en Jordania, que no tenía constancia de que hubiera “ningún avance en las negociaciones con los secuestradores” para lograr su liberación.
Por su parte, los militares de Estados Unidos reconocieron que desconocen el paradero de nueve estadounidenses, dos soldados y siete empleados de la empresa “Kellogg, Brown and Root”.
El comandante de las fuerzas de la coalición en Irak, el teniente general estadounidense Ricardo Sánchez, manifestó ayer que continúan sin tener noticias de estas personas, desaparecidas desde el ataque contra un convoy estadounidense a las afueras de Bagdad el pasado viernes.
Por otra parte, dos ciudadanos checos, empleados de la televisión pública de su país, también han desaparecido ayer al norte de Bagdad.
En declaraciones, la embajada de la República Checa en esta capital no confirmó el secuestro y aseguró que aún están investigando las circunstancias de su desaparición.
El secuestro de extranjeros en Irak se ha multiplicado en los últimos días y coincidió con los enfrentamientos de las tropas de la Coalición con insurgentes suníes, especialmente en Fallujah, y con seguidores del clérigo radical shii Muqtada al Sadr en diferentes ciudades del país.
En el sur del país, jefes tribales y religiosos iraquíes siguen realizando esfuerzos de mediación entre Muqtada al Sadr y la coalición, en un intento de encontrar una solución pacífica para acabar con la insurrección shii.
El general Ricardo Sánchez advirtió ayer, sin embargo, de que las tropas de EU intentan detener o matar al clérigo shii.
Según portavoces estadounidenses en Irak, un juez iraquí había emitido una orden de detención contra Muqtada al Sadr en relación con el asesinato en abril del año pasado de otro importante clérigo shii, Abdulmayid al Joi.
Débil tregua
El frágil “alto el fuego” sigue vigente en la turbulenta ciudad de Fallujah, pese a que aparentemente fue violado dos veces en las últimas horas con explosiones y la muerte de diez iraquíes.
El cese del fuego decretado en la ciudad sunita, fue prolongado, anunció el mediador Alaa al-Makki, de Partido islámico iraquí.
“Inicialmente, el cese del fuego debía expirar ayer, pero las dos partes decidieron prolongarlo (...) Nos mantenemos optimistas pues las dos partes nos han hecho promesas”, dijo el mediador.
El jeque Abdul Satar, de 47 años, portavoz de la Organización de Ulemas, la más prestigiosa institución que agrupa clérigos suníes, indicó que ayer murieron en la ciudad de Fallujah diez iraquíes a pesar del supuesto alto el fuego.
Según el portavoz suní, “los estadounidenses consideran que ya han vengado (la muerte de cuatro escoltas privados estadounidenses el pasado 31 de marzo en Fallujah que desencadenó la operación militar) y han comenzado a concentrar sus tropas en preparación para una retirada”.
Abdel Satar afirmó que actualmente las exigencias de los habitantes de Fallujah para continuar con el alto el fuego son que EU retire sus tropas, levante el asedio impuesto a la localidad y agentes de la Policía iraquí -exclusivamente habitantes de la ciudad por temor a infiltraciones- tomen el control.
Mientras que el portavoz militar estadounidense, general Mark Kimmitt, insistió en que las tropas de su país están listas para continuar con la operación bélica en contra de los insurgentes en la cercada ciudad de Fallujah “en cuando se les sea ordenado”.
La “batalla de Fallujah”, la más cruenta de la posguerra iraquí, se ha cobrado hasta el momento la vida de cerca de 600 civiles, entre ellos centenares de mujeres y niños, según cifras de las agencias humanitarias principalmente en bombardeos aéreos contra zonas residenciales de la ciudad en los que, según los testigos, se han utilizado bombas de racimo.
RAPTOS
Abril 10.- Siete chinos son secuestrados por hombres armados cerca de Faluya.
Abril 11.- Once civiles rusos son secuestrados tras un enfrentamiento con guardias iraquíes cerca de Bagdad.
Abril 11.- El grupo de siete chinos es puesto en libertad confirman autoridades de su país aunque se desconoce su paradero.
Abril 11.- Dos reporteros checos desaparecen al norte de Bagdad, se presume que fueron secuestrados.
Se atrincheran
La ocupación de Irak no ha sido sólo militar. Junto a los 150 mil soldados extranjeros que desde el año pasado están desplegados por todo el país, un “Ejército” de funcionarios, asesores civiles, contratistas, mercenarios, hombres de negocios y aventureros diversos han llegado al reclamo de los 50 mil millones de dólares que en teoría van a invertirse aquí durante los próximos años.
Atrincherados tras los muros de las sedes de la Coalición en las distintas ciudades o protegidos por fornidos guardaespaldas, pocos de ellos han llegado a mezclarse con la población local. Ahora, tras la alarma desatada por los secuestros, la orden es no salir de casa.
“Hace una semana que no podemos entrar nuestras mercancías desde Jordania. Hay 480 camiones parados en la frontera y sabemos que todos los que traen productos para la Coalición están marcados”, relata el responsable de seguridad de una empresa norteamericana que se dedica al transporte de mercancías para la Coalición.
E. L. (como prefiere identificarse) está convencido de que son los propios aduaneros los que informan de la salida de los convoyes. Para sus clientes aquí, las instrucciones son claras: no viajar ni al sur, ni al oeste, ni al norte de Bagdad. “Si estás en la capital, evita los suburbios y en especial la carretera del aeropuerto”, aconseja. En su opinión, lo único seguro es quedarse en casa. Muy en la línea americana, sugiere también hacerse con un arma.
Resulta difícil calcular cuántos ciudadanos extranjeros se hallan actualmente en Irak. Ni siquiera las embajadas tienen cifras exactas, en caso de que tengan oficinas abiertas.