La vecina ciudad Ruanda, negó toda participación en la toma de Bukavu.
03 de junio 2004.
KINSHASA (AP) .-El presidente Joseph Kabila declaró una "movilización general" en todo el Congo luego de que una ciudad de la frontera oriental cayó en manos de comandantes rebeldes, y prometió que las fuerzas armadas protegerían a la tercera nación en tamaño de África.
Kabila, en la televisión estatal, acusó a la vecina Ruanda de estar implicada en la toma el miércoles de la ciudad de Bukavu, la cual representa el mayor reto que haya enfrentado el frágil gobierno de transición que asumió tras cinco años de guerra.
"La ciudad de Bukavu se encuentra en manos del ejército nacional de Ruanda. Ruanda se nos ha impuesto", dijo Kabila.
Ruanda, principal adversario del Congo durante la guerra de 1998-2002, negó toda participación en la tima de Bukavu, un centro de comercio en la frontera común.
"Lo que pasa en Bukavu es un problema interno del Congo y nosotros no tenemos nada que ver con ello", dijo el vocero del ejército de Ruanda, el coronel Patrick Karegeya.
Funcionarios de las Naciones Unidas en la región dijeron que ellos tampoco podían confirmar la participación de Ruanda en la toma de Bukavu.
Las fuerzas que lo hicieron son leales al general Laurent Nkunda y al coronel Jules Mutebutsi, otrora rebeldes aliados con Ruanda, quienes se unieron al ejército luego de la guerra civil.
En el conflicto participaron los ejércitos de seis naciones, entre ellas Ruanda, que se dividieron al Congo y dieron muerte a unos 3.5 millones de personas por medio de la violencia y fomentando el hambre y la enfermedad.
Manifestación contra la ONU
Al menos dos personas murieron hoy y varias han resultado heridas durante manifestaciones multitudinarias en Kinshasa contra de la Misión de la ONU en la República Democrática del Congo (MONUC), según portavoces militares.
Situaciones similares se viven en las localidades de Lubumbashi, Kisangani, Kindu Y Butembu, donde miles de enfurecidos manifestantes condenan a la MONUC por no haber impedido la toma de la ciudad de Bukavu, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), por militares congoleños renegados.
Las protestas comenzaron horas después de que el presidente de la RDC, Joseph Kabila, acusara a Ruanda de estar detrás de la toma de la ciudad de Bukavu, a pesar de la presencia en la ciudad de un destacamento de la ONU.
En declaraciones televisadas anoche por la cadena nacional, Kabila dijo que "es evidente el ataque de tropas ruandesas a nuestro país" e hizo un llamamiento para una "movilización general" de todos los recursos humanos, materiales y financieros disponibles para "defender el país".
La acusación fue posteriormente desmentida, de manera rotunda, por el ministro de Exteriores ruandés, Charles Murigande, quien dijo esta mañana que "estamos sorprendidos por las declaraciones del presidente (de la RDC) Joseph Kabila, porque no tienen base alguna".
Por su parte el general Laurent Nkunda, cuyas brigadas junto a las del coronel Jules Mutebusi controlan Bukavu, negó haber recibido ayuda alguna de Ruanda y reafirmó su "lealtad" a Kabila.
La MONUC, que ha condenado en términos fuertes la toma de Bukavu, estima entre tres mil y cuatro mil el número de soldados rebeldes que han ocupado la estratégica ciudad, fronteriza con la vecina Ruanda.
Los enfrentamientos comenzaron el pasado miércoles debido a que Mutebusi, recientemente suspendido de su cargo como comandante de la décima región militar, no permite el relevo de sus fuerzas por nuevos destacamentos llegados desde otras partes del país.
Tanto Mutebusi como Nkunda proceden de la antigua fuerza rebelde, Agrupación Congoleña para la Democracia (ACD), fusionada con el Ejército nacional el pasado año, tras los acuerdos de paz que acabaron con la guerra civil de 1998-2002, en la que intervinieron seis países vecinos y murieron cerca de tres millones de personas.
Los sublevados, que en 1996 y 1998 fueron apoyados por columnas del Ejército ruandés, justificaron su acción en Bukavu con el argumento de proteger a la población local, en su mayoría "banyamulenges", congoleños de la etnia tutsi originarios de Ruanda.
Los "banyamulenges" mantienen una tensa relación con las demás tribus del área y, según los comandantes sublevados, "corren un gran peligro" de ser masacrados.
Más de 2 mil 500 personas de esa comunidad huyeron recientemente hacia Ruanda.
A última hora de esta mañana los dos militares renegados confirmaron que retirarán a sus tropas de Bukavu para que el destacamento de la ONU en la zona, acuartelado en el aeropuerto a 35 kilómetros de la ciudad, puedan tomar el control de la ciudad.