BAGDAD, IRAK.- Cuatro mujeres iraquíes que trabajaban en labores de limpieza para el Ejército de EU fueron asesinadas ayer en la localidad de Fallujah, a unos 60 kilómetros al oeste de Bagdad, cuando unos desconocidos dispararon contra el microbús que las trasladaba al trabajo. En el atentado resultaron heridas otras seis personas: cinco mujeres y el conductor del vehículo.
En una jornada especialmente plagada de incidentes, un total de once personas murieron en Irak en ataques de la resistencia y acciones del Ejército de Estados Unidos.
Según relataron las supervivientes, a las cuatro de la tarde hora local, las nueve mujeres, que trabajaban en la lavandería de una base de EU en Habaniya, a unos diez kilómetros al oeste de Fallujah, se dirigían al acuartelamiento cuando el microbús en el que viajaban fue sobrepasado por un vehículo de marca Opel ocupado por varias personas con la cabeza cubierta con los tradicionales pañuelos beduinos. En ese momento la mayoría de las víctimas aprovechaba para dormitar. Los ocupantes del vehículo comenzaron a disparar contra el microbús hiriendo a su conductor en una pierna y luego siguieron disparando durante algunos momentos. Las víctimas no eran musulmanas, sino cristianas armenias y asirias.
A pocos kilómetros de allí, varios policías iraquíes habían establecido un control de carreteras en la autopista hacia la conflictiva ciudad de Ramadi cuando desde un coche que pasaba empezaron a recibir disparos de fusiles de asalto “kalashnikov” a la vez que se producía una fuerte explosión provocada por una granada. Dos policías y un civil murieron prácticamente en el acto y otros cinco policías resultaron heridos.
Los policías ilesos no pudieron perseguir a los atacantes debido a que sus coches resultaron acribillados y los neumáticos reventaron.
La sangrienta mañana elevó la tensión en la ciudad a un nivel máximo. Tropas estadounidenses y policías iraquíes multiplicaron las patrullas en uno de los puntos más violentos del llamado “triángulo sunní”, donde se producen la mayor parte de los ataques contra las tropas de EU.
Una patrulla estadounidense observó un movimiento extraño de hombres armados en el interior de un negocio y sus integrantes abrieron fuego contra los sospechosos. Murieron dos iraquíes armados con “kalashnikovs” que resultaron ser vigilantes armados de la tienda.
La ola de violencia incluyó, al militar encargado de la seguridad de la Brigada Plus Ultra II en Irak, el comandante de la guardia civil Gonzalo Pérez García recibió ayer un disparo en la cabeza cuando participaba en una operación antiterrorista a unos 40 kilómetros al sur de Diwaniya, donde las tropas españolas tienen su base principal, según informaron en Bagdad fuentes militares estadounidenses y confirmó desde Madrid el Ministerio de Defensa español.
Horas antes, la resistencia lanzaba en varias oleadas un ataque con diversos proyectiles contra un campamento del Ejército estadounidense situado a las afueras de la localidad de Baquba, a unos 60 kilómetros al norte de Bagdad. Según informó la comandante Josslyn Aberle, una de las portavoces de la Cuarta División, en el ataque se emplearon tanto morteros como cohetes que causaron la muerte a dos militares estadounidenses y heridas muy graves a un tercero. El fuego se dirigió principalmente contra el centro de operaciones del acuartelamiento y las tres víctimas se encontraban junto a él cuando fueron alcanzados por un proyectil.
Este suceso elevó a 349 el número de soldados estadounidenses muertos en acción en Irak desde que Washington invadió en marzo el país árabe para derrocar a Hussein. Incluyendo los caídos fuera de combate, la cifra de soldados estadounidenses muertos en el conflicto es de 505.
Momentos más tarde helicópteros estadounidenses atacaban un barrio residencial de Baquba, hiriendo a tres personas y causando destrozos en varias viviendas.
