El mercado negro de pastillas psicotrópicas parece sencillo de operar. Existen vacíos en el control de los Servicios de Salud de Durango (SSD), en los que se puede obtener fácilmente medicamento controlado, tanto en farmacias particulares, como en las clínicas del Sector Salud.
Una de las maneras de conseguir medicamento controlado es a través de la falsificación de recetas y otra es que pacientes abusen de la buena fe de los médicos familiares, quienes otorgan la medicina de manera gratuita, misma que posteriormente se vende.
Los requisitos para el control del medicamento controlado son sencillos para los SSD. Se hace un inventario del número de recetas que expiden los especialistas; en el caso de las farmacias particulares, pueden ser falsas. Si el número de medicamentos y recetas no coinciden, entonces hay una anomalía. También se revisan las recetas, que deben ir con cédula profesional, con la fecha, firma del médico que la expide y dirección.
Según lo afirma Irma Patricia Lara, jefa del Departamento de Insumos para la Salud de los SSD, encargada, entre otras cosas, del control de las verificaciones en las farmacias y recetas que solicitan medicamento controlado, hace cinco años que no se aplica una sanción contra algún propietario de farmacia, al detectar alguna anomalía que, explica, sí se presentan.
Los casos que se registran son porque la receta no lleva alguna dirección, la fecha de expedición, etcétera. Si reincide, se le sanciona en forma económica.
Para el presidente de la Asociación de Farmacias de Durango, José Ángel Valles Lizardo, existe un gran control de los medicamentos controlados por parte de los SSD. La medicina debe ser registrada en un libro, tanto entradas como salidas. Pero la laguna, señala, se determina cuando se da la presencia de recetas falsificadas, escaneadas en computadora y modificadas para la obtención de la droga. De este modo es fácil que el número de recetas y de medicamentos coincida, sin ningún problema.
Irma Patricia Lara también detacó que otra de las posibilidades en las que la gente puede incurrir en un ilícito fácilmente es que un derechohabiente, tanto del Instituto Mexicano del Seguro Social, como del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado, simplemente acude con el especialista o bien con el médico familiar, quien finalmente puede expedir un medicamento controlado, como por ejemplo un tranquilizante para poder dormir, por causas de insomnio.
Si el paciente indica que su situación es más grave, simplemente, el médico cumple con recetar más pastillas. El producto que no se requiere puede comercializarse en el mercado negro y con esto se inicia el negocio.
CATÁLOGO
Los grupos de psicotrópicos
Existen tres grupos de psicotrópicos y estupefacientes catalogados por la Secretaría de Salud. El primer grupo sólo lo utilizan los anestesiólogos y entre ellos se encuentran medicamentos que utilizan fuertes sedantes, entre los que contienen morfina. Éstos son utilizados, generalmente, por hospitales y son muy especializados.
El segundo grupo está formado por pastillas tranquilizantes, en su mayoría, que manifiestan efectos depresores del sistema nervioso central y lo recetan especialistas, entre ellos los psiquiatras. La receta se recoge cuando se surte el medicamento en la farmacia.
El tercer grupo también son pastillas psicotrópicas; entre ellos están los algunos antidepresivos, con los que el paciente puede surtir su medicamento hasta por tres ocasiones o en un periodo no mayor a los tres y seis meses, según el caso.
