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Optimismo cauteloso

salvador kalifa

Esta época de escándalos políticos, ?complots? y marchas sobre la inseguridad en el país no debe hacernos perder de vista el entorno económico, que ha ido mejorando paulatinamente desde comienzos de este año a pesar de todas las adversidades que le crean nuestra clase política.

Considero, por tanto, que es un buen momento para comentar con los elementos de juicio disponibles en relación con el ambiente económico externo y las políticas públicas internas, las perspectivas de las principales variables macroeconómicas para la segunda parte de 2004 y el año próximo.

Entorno externo

El repunte de la economía de Estados Unidos fue más fuerte de lo esperado en el primer semestre. Las políticas monetaria y fiscal que aplicaron las autoridades estadounidenses desde el año pasado fueron exitosas en reactivar la actividad productiva y, según algunas opiniones, demasiado exitosas. Ello desplazó los temores de deflación hacia el fantasma de la inflación, lo que explica en gran parte el alza de las tasas de interés en Estados Unidos la semana pasada, en lo que se vislumbra como el inicio de un proceso alcista que quizá durará hasta dos años.

Por otra parte, el desempeño estadounidense se conjugó con el gran dinamismo de la economía china para impulsar la recuperación global más vigorosa en varias décadas. Por ejemplo, la sorpresiva expansión de la producción en Japón se explica, esencialmente, por el crecimiento acelerado de sus exportaciones hacia China. Los economistas esperan un crecimiento de la economía japonesa superior al 4 por ciento para este año, cuando apenas a fines del 2003 la expectativa era de menos del uno por ciento.

Por consiguiente, si descartamos trastornos geopolíticos severos, los números económicos de este año se ven bastante bien. Por un lado, la economía norteamericana crecerá por encima del 4.0% y la expectativa más popular es que la expansión continúe, si bien a un menor ritmo, en el 2005. Por otro lado, la economía china se expande todavía vigorosamente y la mayoría de los analistas confía en que logre un aterrizaje suave este y el año próximo, pasando de un crecimiento de más del 9 por ciento a uno alrededor del 7 por ciento, que ayude a reducir la presión alcista en los precios de las materias primas, incluyendo el petróleo.

En resumen, los factores externos serán muy favorables este año, pero aún cuando los analistas esperan sólo una moderación del dinamismo en Estados Unidos y China el año próximo, no debemos perder de vista que ambas economías tienen desequilibrios importantes que necesitan resolver para que las condiciones económicas sigan siendo propicias para el crecimiento en 2005.

La economía interna

La actividad económica ha mejorado en lo que va del año como resultado del mayor dinamismo exterior. Estimo que en el primer semestre el Producto Interno Bruto creció, por lo menos, un 3.9% en relación con igual periodo de 2003. Este ritmo es el más alto en lo que va de la administración actual. El sector exportador encabeza el repunte económico, que según avanza el año irá incluyendo al resto de la industria manufacturera, el comercio y los servicios.

En este contexto, si suponemos que no hay sorpresas geopolíticas lamentables, un tropiezo brusco de Estados Unidos o China en el 2005, o un alza del ambiente de inseguridad que priva actualmente en el país, podemos esperar la siguiente evolución económica en la segunda mitad de 2004 y durante el año próximo.

Es muy probable que en el segundo semestre se acelere el ritmo de avance de nuestra economía, en parte por el dinamismo externo, pero también porque habrá algo de fortalecimiento del consumo nacional. Este año, el crecimiento de la economía muy probablemente superará el 4%, y quizá lo haga también en 2005.

Por otro lado, los resultados en el terreno inflacionario del primer semestre reflejaron un alza de precios en enero-marzo y una excepcional estabilidad en abril-junio. En el segundo semestre, en particular de septiembre a diciembre, se harán evidentes mayores presiones inflacionarias, no sólo por el alza estacional de precios de esa época, sino también porque para entonces el incremento de la demanda interna facilitará el traslado a precios de las alzas salariales superiores a la productividad, la depreciación del peso y el incremento de los precios de las materias primas y los energéticos.

Es muy probable, por tanto, que en un entrono de alza de tasas de interés en el exterior y con presiones inflacionarias en el país, el Banco de México apriete la política monetaria, llevando las tasas de interés (Cetes a 28 días) por encima del 7.5 por ciento antes de que termine el año. No obstante, considero que ello no será suficiente para evitar que la inflación se ubique en 2004 alrededor del 4.5 por ciento. En 2005 la inflación será similar, mientras que las tasas de interés seguirán subiendo para colocarse arriba del 8.0 por ciento.

El alza de las tasas de interés y menores ingresos petroleros en la segunda mitad del año tendrán un efecto desfavorable sobre las finanzas públicas, que pueden complicarse aún más en 2005. Estos factores, el desencanto de los inversionistas externos con nuestro país, y la incertidumbre asociada a la contienda política del 2006 llevarán la cotización de la divisa estadounidense cerca de los doce pesos al cierre de 2004 y muy probablemente por encima de esa cifra el año próximo.

En síntesis, estos comentarios muestran un optimismo cauteloso, en particular respecto a lo esperado para el año próximo, ya que los desequilibrios económicos en Estados Unidos y China no se han resuelto y aconsejan prudencia en el manejo de la política económica interna, así como en las decisiones de inversión y contratación de las empresas.

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