El presidente ruso agradeció a los militares y policías que resistieron durante los ataques y exigió dar con la pista de todos los atacantes.
22 de junio 2004.
Moscú, (EFE).- El presidente ruso, Vladimir Putin, visitó hoy Ingushetia, que sufrió en la madrugada pasada una incursión de la guerrilla chechena, y anunció que acantonará un regimiento militar en una de las ciudades atacadas.
"Se trata de un nuevo intento de atemorizar a los ingushes y a la dirección de esta república y de desestabilizar la situación en el sur de Rusia, en particular en el Cáucaso", dijo Putin durante una reunión con dirigentes locales en la capital administrativa, Manas.
Pidió a las autoridades de la república, vecina de Chechenia, transmitir sus palabras de agradecimiento a los militares y policías que resistieron durante la noche los ataques guerrilleros y exigió dar con la pista de todos los atacantes para castigarlos.
Ante las cámaras de televisión, Putin admitió que "el centro federal no hizo todo lo posible por defender a la República Ingush" de los ataques de los separatistas chechenes, a los que el Kremlin vincula con el terrorismo internacional.
Por tanto, anunció que en la antigua capital ingush, Nazrán, que sufrió el peor asalto de los rebeldes, será acantonado un regimiento integrado por efectivos del Ejército y de las tropas del Interior.
El líder ruso también pidió a las autoridades locales levantar cuanto antes de las ruinas los edificios destruidos durante la incursión y prestar asistencia a las familias de las víctimas.
Según distintas fuentes oficiales, los ataques causaron entre 57 y 75 muertos, en su mayoría militares, agentes de policía y guardias de fronteras, pero también civiles, y más de 60 heridos, mientras los rebeldes perdieron a dos hombres.
Poco antes de la medianoche pasada, los guerrilleros atacaron el Ministerio del Interior, sus almacenes y los cuarteles de los guardias fronterizos en Nazrán, así como las localidades de Sleptsóvskaya y Karabulak y varios puestos de control en la carretera federal Rostov-Bakú, que atraviesa el Cáucaso.
El Gobierno ingush y los servicios secretos calculan que en los ataques participaron entre 200 y 500 guerrilleros, en su mayoría chechenes.
Los rebeldes se apoderaron de varios camiones de armas, tras lo cual se replegaron a zonas montañosas cubiertas de bosques, desde donde pudieron haberse dirigido tanto a Chechenia, como a la vecina república de Osetia del Norte e incluso a Georgia.
Los ataques se produjeron menos de 48 horas después de que el líder separatista chechén, Aslán Masjádov, anunciara un cambio de táctica y el paso a una ofensiva dentro y fuera de Chechenia.