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CARACAS, VENEZUELA.- Una jueza venezolana ordenó la captura de 59 de los 120 militares disidentes que se acantonaron por un año en una plaza en Caracas, exigiendo la renuncia inmediata del presidente Hugo Chávez, informaron ayer fuentes oficiales.
La jueza 11 de Control, Rita Hernández, acusó de tres delitos, “rebelión civil, instigación a la rebelión y conspiración”, a los militares, entre quienes se encuentran varios de los generales implicados en el fallido golpe de Estado contra el Gobernante en 2002.
La orden recayó contra 14 generales, 24 coroneles, 12 tenientes, dos capitanes, un maestre y seis mayores que se acantonaron desde octubre de 2002 hasta octubre de 2003 en la plaza Altamira de Caracas, en el residencial este caraqueño.
Entre los oficiales se encuentran los generales retirados que lideraron la disidencia, Enrique Medina, Néstor González González y Felipe Rodríguez, quienes ahora se encuentran en la clandestinidad tras ser acusados por el gobierno de acciones conspirativas.
También destaca el vicealmirante Héctor Ramírez Pérez y el general de aviación Pedro Pereira, quienes junto a otros tres generales fueron absueltos de impulsar el golpe de Estado por una decisión en 2002 del Tribunal Supremo de Justicia, cuestionada por el gobierno.
Ramírez Pérez fue también el ministro de la Defensa del efímero Gobierno de facto instalado en Venezuela durante el golpe de Estado, el cual fue encabezado por el empresario Pedro Carmona.
En octubre de 2002, los militares tomaron la plaza tras declararse en “desobediencia legítima” y exhortaron a sus compañeros de armas a desconocer al gobierno “autocrático” de Hugo Chávez.
Multitudes de opositores y partidos contrarios al gobierno acompañaron en las primeras semanas a los militares, pero el calor de las protestas se apagó tras los estériles resultados para sacar al gobernante del poder.
Tras el golpe de Estado, Hugo Chávez sobrevivió a un paro opositor de dos meses (diciembre 2002-febrero 2003) que colapsó la industria petrolera.
